dedicatoria: para quienes estamos perdidos en los mundos de las cifras. somos más fuertes que eso.
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la vida no podía ser justa. no tenía porqué serlo con personas tan vacías como lo era Guillermo. sufría si, lloraba también, pero no era especial. no era especial en ningún aspecto. estaba vacío.
vacío en todo el sentido de la palabra.
tan solo era el amigo llenito, el amigo que todos fingían querer por el simple hecho de sentirse mal por él. era señalado por casi todos.
entonces era difícil ser él porque no sabía diferenciar la obsesión de un simple interés, así que cuando comenzó a fijarse en las porciones de su comida, las veces en las que prefería masticar pero no tragar, o incluso cuando simplemente deseaba ayunar, se empezó a sentir lleno.
ver videos de gente comiendo se le hacía fácil, de ese modo saciaba la poca hambre que tenía. mordía sus uñas con fervor y rascaba sus brazos cada vez que su estómago rugía.
nadie lo notaba, a nadie le importaba.
o bueno, eso pensaba él. porque muy externamente y en general, su mejor amigo lloraba cada noche porque le daba miedo perder a su otra mitad.
siempre había alguien, incluso cuando nos sentimos más vacíos que nunca, siempre habrá alguien para escucharnos sin juzgar, alguien que no nos puede ayudar a salir del pozo, pero lo intentaría cada vez que tuviese la oportunidad.
lionel. Lionel era el soporte de memo. pero estaba casi igual de torcido que él. no era una buena ayuda, no era ni siquiera lo que se llamaba un buen mejor amigo, pero lo intentaba porque lo quería mucho. y porque lo quería mucho, lo quería ver bien y pleno.
—¡memo, por favor ya no más! —le suplicó cuando pudo observar a su mejor amigo cortar en pedazos su mitad de la galleta integral que ambos comían.
odiaba verlo con sus manías al comer, no porque le provocaba ansias, pero si porque le desencadenaba sus episodios.
—no me mires entonces. —rodó los ojos y continuó porcionando su galleta.
lionel estaba cansado. —no es asunto de mirarte o no, es asunto de que realmente sigues haciendo esas cosas que dijiste que ya no harías, ¿no ves que te haces daño? ¿no ves que me haces daño a mi?
—tu no tienes nada que ver con esto, no intentes chantajearme. mis problemas son míos y de nadie más y lo sabes. —le dijo, metiendo un trozo de galleta a su boca.
saborear era tan difícil cuando lo único que podía probar en cualquier comida era la cantidad de calorías.
—te equivocas, —comenzó a decir. —eres mi mejor amigo, mi otra mitad, eres mi jodido hermano casi, tus problemas si son míos, date cuenta de eso.
lionel miraba a su alrededor como un niño curioso, notando en todos lados los lineamientos que indicaban que algo malo sucedía en la casa de guillermo. no era algo notorio, pero los productos dietéticos en la cocina y la escala de pesa en la sala le indicaban que había algo mal.
por otro lado, Memo no entendía que estaba muriendo lentamente. sus brazos ya no podían más, y sus piernas apenas y podían dar los pasos. estaba cansado, tan cansado que ya no quería seguir.
pero debía ser perfecto. debía ser ideal.
—no hagas esto sobre ti, lo que yo hago no tiene nada que ver con nuestra relación. —le dijo mientras comenzaba a comer compulsivamente su trozo de galleta. masticaba rápido y tragaba sin pensarlo.
no llores, no llores, por favor no llores.
—me afecta a mi tanto como te afecta a ti. —y eso era tan cierto. —yo te amo, carajo, contigo encuentro tanta paz y consuelo que me es imposible quedarme parado haciendo nada mientras veo como te destruyes a ti mismo. —se había levantado del sofá, dejando su galleta de lado.
—¡son mis putos problemas! —y salió corriendo tirando el plato al suelo, subió las escaleras tan rápido como pudo. Lionel sabía que se encerraría en la baño y se lastimaría a sí mismo de alguna manera inexplicable.
lo siguió sin pensarlo, entrando al baño antes de que memo pudiera cerrar la puerta.
el rizado abrió la llave de agua y se metió a la ducha con todo y ropa, comenzó a llorar sin restricción alguna, sus lágrimas se confundían con el agua helada de la regadera.
—¿qué haces?
—no sé, pero quédate a mi lado. —lionel asintió, se metió con él debajo del chorro de agua y lo abrazó por la espalda, hundiéndose ambos en un abrazo sobre el suelo mojado de la ducha.
hacía frío.
—yo solo te quiero ayudar. —le susurró el argentino, colocando su mentón sobre la cabeza de memo, quien temblaba bajo sus brazos.
—no sé como dejarte, quiero ayuda pero no quiero dejar de... tu sabes. —no sabía, pero fingiría entender hasta que su mejor amigo se sintiese mejor.
—debes saber que te amo, eres mi otra mitad, mi mejor amigo. —le dijo en un susurro, los sollozos de Guillermo se acallaban por el sonido del agua cayendo sobre sus cuerpos.
—no me digas eso. —suplicó. memo había comenzado a rascar sus brazos con fuerza, intentando apaciguar el estrés y lo vacío que se sentía.
—es la verdad. nunca más estarás solo, nunca mas tendrás que picar tu comida en pedazos pequeñitos porque yo estaré aquí para darte todo el jodido pedazo si es que eso quieres. no te quiero, te amo, y deseo estar contigo en tu fase de recuperación, no tendrás que estar solo nunca jamás. —sus palabras eran sinceras y memo lo sabía, estaba llorando tanto de tristeza como de impotencia.
quería recuperarse. pero también quería ser perfecto.
—leo... —se acurrucó en el cuello de su mejor amigo.
entonces lionel se rompió al escuchar la voz quebrada de Guillermo.
—podemos ir lento, podemos empezar de cero si es que así lo deseas. incluso podemos probar comida nueva en restaurantes buenos y sé que te va a gustar mucho. —le decía con emoción.
—leo, por favor... ayuda. —le rompía el corazón escucharlo tan vulnerable.
—yo sé lo feliz que te haría comer un croissant sin tener que quitarle el relleno, y sin tener que cortarlo pequeñito. yo sé que seríamos muy felices juntos siendo... nosotros mismo. pero por favor, come.
y así, bajo la llave abierta del agua, se condenó una promesa que no podría ser rota jamás. o bueno, todo dependía de la fuerza de voluntad de memo.
pero junto a Lionel, todo prometía ser mejor.
tan solo tenía que comer.
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n/a: lamento hacer esto, pero quería desahogarme. lamento también si alguien se siente identificado con memo. y espero que, si lo necesitan, encuentren a su leo.
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por favor, come. [messi x ochoa]
Fanficmemo tiene muchos problemas, y entre su montón de defectos, tenía la manía de dejar de comer cada que algo malo le pasaba.