' Un desastre de popularidad, en asuntos del corazón y la adolescencia. Se reencuentra con su vecino el "inalcanzable" y algo enigmático; Choi Beomgyu, su antes acompañante de juegos en la niñez, presentándose en su habitación a mitad de la noche...
Había ya pasado una semana desde la primera vez que ingresé a la escuela, y me iba bien a decir verdad. Había hecho unos cuantos amigos, y la mayoría era porque Sakura me los había presentado, pero por ahora solo convivía más con ella, Chaewon, Soobin y Danielle.
Había conocido más a todos ellos, por lo cual sentía que a veces no encajaba.
Todos eran chicos extrovertidos, aunque Soobin un poco. Sakura era como la que mandaba ahí. Ella tenía un carácter fuerte, pero era demasiado amigable, y siempre cuando nos veían juntos nos preguntaban si es que éramos hermanos por el parecido que traíamos.
Chaewon era simplemente perfecta. Podría decir que sentía algo por ella, y quería creer que era cariño, porque me negaba a la palabra << me gusta >>.
Ella es simpática y baila muy bien, sabe escuchar y es como un tipo de mensajera al grupo o a media escuela. Parecía ser la que tenía el "chisme".
Danielle era muy carismática y divertida. Teníamos gustos similares respecto a la música, y tambien le gustaba bailar. Solía hacerlo junto a Chaewon.
El problema es que ellos hablan demasiado, y yo no mucho.
Soobin era un poco parecido a mí, aunque a él se le notaba mucho más la confianza hacia cosas que hacía y tenía un gran liderazgo respecto a varias cosas. El problema es que no siempre lo veíamos demasiado seguido, ya que él está en los últimos años. Estaba más ocupado y a veces sus turnos eran otros.
── ¿Quieres un cigarro? ── preguntó, y automáticamente pensé en que nunca había fumado un cigarro, pero a dónde fueras...
── Está bien ── encendió un cigarro y me lo pasó. Inhalé, tosí, jadeé, me quedé sin aire, volví a toser, consideré vomitar y me agarré del banco que se hamacaba, pues la cabeza me daba vueltas. Tiré el cigarro y lo pisoteé, convencido de que mi Gran quizá no incluía cigarros.
── ¿Fumas mucho? ── se rió.
Lo miré mal y reí sarcásticamente.
Ahora me encontraba junto a uno de mis compañeros que había conocido en una clase de ciencia, en la parte delantera de mi casa, sentados en un sillón colgante de madera, una hamaca. Y, empecé a hablar con él ya que la profesora nos había puesto en grupo para un trabajo práctico.
