Capítulo único

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¡Hola!

Hace mucho tiempo no nos vemos por aquí.

Debido a motivos personales no he podido escribir ni publicar con la frecuencia que me gustaría.

Esta historia la escribí con intenciones de publicarla para la RenKaza Week Halloween 2022, pero no pude terminarla hasta esta tarde. El promt era "Blood Drinking".

Si decidieron darle una oportunidad a esta historia, espero la disfruten.

Los créditos de la portada corresponden a: @ptwasshoi025 

Contenido no apto para menores de 18 años  [🔞]

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Todas las noches desde entonces


Era Taisho


Hakuji Soyama se consideraba un hombre afortunado. Había dado un salto social impresionante. Nació en un barrio pobre a las afueras de la nueva capital y luego obtuvo un rango y un respetable estatus social.


La familia Kibutsuji lo acogió cuando el joven amo Muzan notó por accidente la fuerza impresionante que Hakuji poseía en sus brazos y piernas, pero sobre todo en su corazón poderoso e indomable. Hakuji era un peleador callejero destinado a morir demasiado joven, pero Muzan tuvo otros planes para él.


Lo convirtió primero en su sirviente, después en su guardaespaldas y cuando Soyama cumplió veintiún años se le concedió un lugar en la fuerza policial de la capital.


No eran tiempos fáciles ni nobles para ser policía. La población en general se encontraba en dificultades económicas y la mayor parte de las funciones de la fuerza pública era controlar, mitigar y desalentar el levantamiento de huelgas propiciadas por el descontento de la clase trabajadora.


En algún momento Hakuji dudó y estuvo dispuesto a renunciar. No hace mucho él formaba parte de las filas de los que se levantaban para exigir mejores condiciones de vida. Casi entregó la placa al departamento y deshonró a la familia Kibustsuji quien lo había recomendado, pero entonces...


La vio caminando una noche de la mano de su padre por las deslumbrantes calles de Asakusa.


Koyuki Soryu.


Fue amor a primera vista.


Koyuki era una joven dos años menor que él, era muy hermosa, pero también frágil y enfermiza. Por ello no había conseguido marido pese a su belleza: piel blanca como la porcelana, pequeños labios rojos, y enormes ojos rosados.


Cuando Hakuji se presentó frente al padre de ella, este se negó a la propuesta de Soyama, más aún si Hakuji formaba parte del violento cuerpo antimotines, pero Hakuji fue paciente, respetuoso y sensato. Demostró a su futuro suegro que también tenía un enorme corazón y al haber cuidado de su difunto padre durante su enfermedad terminal, sabía mejor que nadie la delicadeza e importancia de cuidar a alguien más vulnerable.

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