CAP 3

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2 de octubre

Quien lo diría hebert se encontraba en una situación incómoda con sus padres, peleaban otra vez por su culpa aunque está vez fue demasiado lejos.
Su "madre" si se podía decir así otra vez lo estaba menospreciando con el mismo tema de siempre...

-como puede ser que todavía después de lo que me hiciste me pides que cuide de este mocoso, para mí que también se muera como es zorra - dijo furiosa todavía no podía creer que su marido la haya engañado -

- cálmate mujer, ya te lo dije es mi culpa no de ella así que porfavor no insultes su nombre de esa forma - tratando de calmar a su "querida" esposa

- ¡no, suéltame maldito! - dijo la mujer sollozando  -

Hebert y su hermano no sabían que hacer más que subir a la habitación que compartían pero esta vez fue diferente, como se atrevía esa mujer llamar zorra a su madre? Cómo se atrevia esa señora sabiendo lo que pasaba con su madre y su marido, ella lo sabía todo.

- basta - hebert levantándose de la mesa, sus orejas estaban rojas - no la menciones con tu sucia boca solo para, basta.

La mujer lo miro y solo pudo tirar un vaso de vidrio hacia el, provocando que se le incrustaran unos pocos pedazos de vidrios en el brazo.

- ¡Hebert! - grito su hermano y su padre tratando de auxiliarlo pero el solo corrió a la salida -

Solo corrió no sabía a dónde ir, no era de las personas que salía mucho amenos que lo invitaran adónde iria?
Divisó un parque al lo lejos, no más de unos metros de donde estába.
Fue hasta ahí y se sentó en una banca abrazando sus rodillas, por qué el? Que cosa mala hizo? No lo entiende.

- oye, estás bien? Necesitas ayuda?  - pudo sentir como se sentaba a la par suya, levantó su mirada observando a un chico más o menos de su edad de tez morena.

Limpió sus lágrimas rápidamente - estoy bien, no necesito tu ayuda vete - dijo buscando su celular en su bolsa tracera de sus jeans

- Vaya, tranquilo ahora nadie se puede preocupar por otra persona pfft - dijo riendo -

Hebert lo miro con sus orejas rojas y se levantó para hacerle cara.

- Oye! Que - antes de que pudiera terminar el extraño lo interrumpo -

- Perdón, soy Leiva, tu eres?  - dijo, hebert no le quedó de otra que suspirar y volver a sentarse

- hebert, soy hebert - agachó su mirada a sus pies, sus tenis necesitaban una gran limpieza se encargaría de eso más tarde.

- Mm Hebert, lindo y porque estabas llorando algo malo? te hicieron algo? - levantándose para tirar golpes al aire, hebert río

- solo algunos problemas, no te incumbre y Leiva no? Porqué sigues aquí no dije que te fueras - volví a mencionar un poco divertido

- oh amm si, yo solo - se interrumpió - que le sucedió a tu brazo por Dios - agarrando su antebrazo delicadamente provocando un leve gemido

- Oye no toques - intento safarse del agarre pero eso lo lastimó más - ahg~

- no tengo nada con que curarte pero tengo una curita te sirve? -

encerio pensó hebert por qué no solo en vez de salir corriendo no se quedo en casa, agachó la mirada para soltar una risa.

- oye sigues consiente? - preocupado paso una mano por el hombro de hebert alertandolo-

- si solo, olvídalo supongo que debo de dejar este berrinche y volver a mi casa - dijo levantándose agarrando la curita que le habían ofrecido

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