Agorafobia

Parte única

La agorafobia es ese miedo a salir de casa, por lo que puedan decir o pensar.

No poder pedir ayuda cuando la necesitaba, estar solo ante el peligro sin nada a lo que agarrarse, es lo que impulsó a Aled a encerrarse en su casa.

Desde niño siempre ha sido muy tímido, no socializaba mucho. Tenía únicamente a Lúa y a Nil.

Cuando llegaron al instituto, Nil empezó a ser más popular, poco a poco se fue distanciando de Aled y Lúa. Ya no era el mismo, y tiempo después, ciego por la popularidad, se dejó llevar por sus nuevos "amigos".

A Aled siempre le hicieron bullying, aguantaba lo inaguantable... pero hubo un día... joder con ese día...

Era viernes por la mañana, Aled intentó acercarse, otra vez, a Nil. Pero esta vez lo hizo con los nuevos amigos de Nil al lado. Mala decisión.

- Mira Nil, el pringao del astrónomo de clase. - Dice uno de los amigos (amigo 1). Aled era muy fan de la astronomía y toda su clase lo sabía ya.

Nil mira a Aled y traga saliva, no quiere hacer esto.

- Nil, ¿podemos hablar en privado?

- Habla aquí gallina - Dice el amigo de antes (amigo 1)

Aled suspira - venía a saber que te ha pasado, antes no eras así. ¿No te acuerdas de todas las tardes que pasábamos con Lúa en mi casa?

- ¿ Pero qué historias te has montado tío? Nil nunca hizo eso, él no se juntaría con gente como tú. Díselo Nil

- Eemm, si si, piérdete, no se de que me hablas.

- No me voy a ir tan fácil, esque no entiendo lo que pasó.

- Que te vayas gilipollas - El amigo 1 empujó a Aled, que cayó al suelo de la impresión.

Miró a Nil pidiéndole ayuda, pero solo se rió falsamente, siguiéndole el rollo a sus amigos, y se fueron.

En ese momento (el) se fue a su estrella, se fue a su mundo para desaparecer del que de verdad le rodeaba.

Esa tarde entró a su cuarto a hacer deberes. Su cuarto estaba lleno de posters de la galaxia, el espacio y el universo entero.

Había uno que era más especial que el resto. Se lo regaló Nil cuando tenían 10 años -cuarto/quinto de primaria- en el que ponía "tú eres mi universo" pues eran los mejores amigos que se prometían estar la vida entera juntos y los que se querían más que a sus hermanos.

La cabeza le daba vueltas muy rápido, no podía pensar con claridad. Le empezaba a faltar el aire.

Estaba entre frustrado, enfadado, triste y dolido. Ni él mismo lo sabía.

El aire no quería entrar en sus pulmones. Necesitaba ayuda.

Arrancó el poster de la pared, solo se rompieron las esquinas -que estaban pegadas a la pared-. Lo miró mientras las lágrimas amenazaban por salir. Seguía sin poder respirar.

Se abrazó a ese póster como si no hubiera un mañana. Se aferró a todos esos recuerdos que tanto añoraba. Se aferró a la idea de que Nil seguiría siendo su amigo y que todo esto solo era un mal sueño. De que algún día al entrar a clase Nil estaría en el asiento de al lado, y nada hubiese pasado.

Pero simplemente ese día no llegó, Aled se encerró en su cuarto para no salir. Cuando su padre lo llamó a cenar no salió. Al día siguiente tampoco. Y al domingo, tampoco.

Su padre le entendía en parte, le llevaba la comida cuando tocaba, estaba para él cuando lo necesitaba. Pero cuando pasaron dos semanas, sabía que tenía que hacer algo.