Nunca me había gustado observar mi cuerpo y aún menos cuando comenzaron sus abusos; cuando mi cuerpo olía a su repugnante saliva. Cuando quedaba líquido blanco en mis glúteos después de ser apuntada por la boquilla de la pistola que siempre solía cargar en su cinturón, por si me resistía o desobedecía. Las veces en que dejaba sus marcas denigrantes en todo mi cuerpo como si fuera de su maldita propiedad. Todas las noches en las cuales abría mi puerta a la fuerza y me violaba porque su esposa no lo satisfacía lo suficiente.
Me metía a la ducha a tallar mi cuerpo con una esponja compuesta de alambres hasta dejar mi piel tan roja como la sangre que corre debajo de ella.
Procuraba no verme a mi misma desnuda porque me generaba repugnancia... no tenía ni idea de que esas marcas aun existían en mi piel.
- Que es esto Ayla? - su voz estaba quebrada, y su barbilla temblaba.
Al discernir su corazón quebrantado a causa mía, al revivir los abusos de mi padre... mi cordura decidió desaparecer.
Doble mis piernas, desprendiéndolas por completo de mi pantalón, junte mis rodillas al pecho y
comencé a llorar... fue tan satisfactorio y aterrador, como un diluvio en tiempos de sequia.
Hace años no derramaba lágrimas, ni siquiera las que se asoman al bostezar. Ese hombre no solo me había arrebatada la virginidad e inocencia, sino también la humanidad.
Recargue los brazos en mis rodillas y escondí mi rostro entre ellos.
Pude sentir como se sentaba a mi lado, como acariciaba mi espalda por sobre mi blusa diciendo sin palabras "estoy aquí, estoy contigo, todo esta bien. Cada vez que llores limpiare tus lágrimas y quien derrame tu sangre, juro en mi ira, que beberá la suya hasta embriagarse"Pude sentir su ira y tristeza, lágrimas y los fragmentos de su corazón cayendo a mi alrededor.
Pasaron segundos, minutos, horas, días, ¿Quién lo sabe? Tan solo paso el tiempo suficiente para sentir que la niña que lloraba en mi interior estaba lista para ocultarse, pero al mismo tiempo lista para salir de la cripta... él seguía a mi lado.
Levante mi rostro y examine lo que había a mi alrededor, para analizar si sería seguro reventar la pequeña burbuja de fantasía que me mantenía segura; cuando mi mirada se encontró con la de él, sus ojos sonrieron ante mi rostro cubierto de lágrimas. Si era seguro salir.
- Hola princesa - me sonrió susurrando. Su voz era mi definición de paz - ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?- con su dedo índice retiro el cabello que cubría parte de mi rostro. Aparte mi mirada de la de él y la volví nuevamente asintiendo lentamente con la cabeza.
- Esa es mi niña - dijo juntando su frente a la mía
Me auxilio recostándome en la cama y acobijándome, acto seguido se acostó a mi lado. Le di la espalda y me abrazo.
Trato de ahogar el silencio con mi risa, y por su puesto que funcionó.
Comenzamos a tener una de esas pláticas vigorizantes y eufóricas, charlas que nos reafirmaban que ya habíamos caído en la mentira más grande y cruel que la miserable soledad del ser humano pudo haber creado: el amor de nuestras vidas.
Me abrazabas tan fuerte que creí que nunca te irías, que te aferrabas a mi, pero me equivoqué, en realidad me estabas abandonando.Ahora recuerdo los fanales de mi vida perdidos, tristes...pero decididos; me miraban con tanto cariño y melancolía... ahora todo cobra sentido en mis recuerdos; si te despediste... pero de la manera más egoísta que pudiste haber elegido.
Desperté y tú ya no estabas, quería convencerme de que eso era normal, pero el dolor y vacío que sentía en mi pecho era persistente.
Corrí hacia tu casa y aún seguía la pandilla de tu padre allí, sin embargo, todos se encontraban inconscientes y en el suelo junto con botellas de cerveza y cigarros.Sigilosamente camine hacia tu habitación pero... no te encontrabas.
Regrese a mi casa inmersa en pensamientos fugaces y catastróficos abrumantes, ni siquiera tenían sentido, todos eran ininteligibles ,y cuando estaban a punto de cobrar nitidez eran interrumpidos por otros más, que proseguían el mismo estúpido patrón.
Me vestí rápida y torpemente para dirigirme a la escuela, en donde aún me aferraba a la fe de que te encontrarías felizmente esperándome y postrando una paradisiaca sonrisa a mi llegada... felicidades, adivinaste, no estabas.
Me evitaré los detalles de esa caótica mañana y pasaré a la parte del agonizante destino que me designaste.
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Te Siento
Romance"Me imagino contigo. Me toco, te toco. Mis ojos al cerrarse te besan y al abrirse lloran. Me recuesto y soy fan de tu consuelo que regresa cada vez que lo necesito. Siento tus brazos al darte la espalda y el amor que irradias eriza mi piel. Al rodea...