"El Lince"
Lily
Budapest, Hungría
No recuerdo la última vez que estuve en un bar por diversión, creo que han pasado años, la vida nocturna es un negocio lucrativo, adictivo y en la mayoría de ocasiones peligroso, pero cuando haces del peligro tu estilo de vida, se convierte de cierta forma en un oscuro anhelo. Si termino la noche sin al menos una amenaza de muerte, entonces la considero aburrida.
Incluso a más de siete mil kilómetros, al otro lado del mundo, los antros de mala muerte se sienten como viejos conocidos, es casi como si lo impúdico, lo inmoral fuera un lenguaje universal: no importa a qué país del mundo vayas, es igual en todas partes.
Probablemente no debería sentirme cómoda en este sitio, pero lo hago. Bueno, eso no es del todo cierto, el baño de los hombres es definitivamente la excepción, oler y ver lo que pasa en este lugar me tiene al borde del vómito, los hombres mafiosos o no, tienen un escaso sentido de la higiene cuánto baños públicos se trata. Agradezco haber dado con uno de los pocos cubículos con un pestillo funcional, al menos tengo un poco de privacidad mientras espero.
Merkush está tardando más de lo que debería. No es buena señal.
Ya me estoy cansando y la tos falsa de River que suelta de tanto en tanto desde afuera, me indica que él también. La luz es limitada, el calor es sofocante, la música y los gritos de emoción por las strippers que suben y bajan del escenario me tienen aturdida, sin mencionar el aire cargado de humo por la hierba y cigarrillo de los que usan el baño como zona de fumadores.
Siento el vestido pegarse a mi cuerpo por el sudor y tengo que levantarme el pelo con las manos para refrescarme un poco. Estoy a punto de llamar a Merkush cuando el ruido de pasos pesados sobre la baldosa hacen eco afuera, una patada en la puerta y luego... un disparo.
-Caballeros, les suplico tengan la amabilidad de largarse a la mierda -Dice el hombre que he estado esperando con la teatralidad que lo caracteriza- Déjenme a solas con mis pensamientos.
Entrada triunfal, supongo.
Distingo a River maldiciendo por lo bajo. Nunca lo ha soportado.
Varias quejas de los hombres que estaban usando los mingitorios y los otros cubículos se dejan oír, pero nadie se niega a cumplir la orden, todos salen y el baño queda en silencio por unos segundos, esa es mi señal para salir del cubículo.
-Mi precioso Lince -Dice Merkush a modo de saludo abriendo ampliamente antes de hacer una reverencia- Cómo siempre, es un honor estar en tu majestuosa presencia.
Escaneo su delgada figura, de pies a cabeza vestido con ropa y accesorios que aparentan costar una pequeña fortuna. Un traje azul marino, con un pañuelo Ascot de cachemira de un tono más claro en su cuello, reloj de oro a juego con el arete en su oreja derecha. Se ve costoso, pero yo lo sé mejor, Merkush es todo apariencias, seguro son réplicas piratas del mercado negro.
Él también me escanea, pero de una forma lasciva detallando el escote de mi vestido de lentejuelas más de la cuenta, por mi parte decido ignorarlo, cómo suelo hacerlo, es prácticamente una rutina para este punto. El albanés extiende su mano hacia River, quien ha permanecido de brazos cruzados observándolo con desagrado en silencio y le entrega un pequeño maletín negro, mi mejor amigo casi está gruñendo mientras lo recibe. Lo conozco lo suficiente para saber que está apuñalandolo mentalmente.
-Llegas tarde -Digo dejando en claro que no estoy de humor para sus zalamerías- ¿Es lo que te pedí?
-En efecto.
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Perfidia
RomanceLuego de tener que esconderse detrás de un seudónimo durante seis años para obtener poder en el mundo de la mafia, Lily se ve obligada a dar la cara e incorporarse al negocio familiar, luego de que un fantasma de su pasado regrese necesitando su ay...