La alarma resonaba por toda la imponente fortaleza de Impel Down, alertando a tantos Marines como pudiera de que varios presos habían escapado de sus celdas.
Unos cuantos marines novatos corrían hacia una dirección en específico, con el temor mezclado con la adrenalina del momento.
Sin tardar mucho, llegaron a su destino. Una imponente puerta de roble con el símbolo de la familia DonQuixote pintado a mano sobre ella, además de una placa hecha del más reluciente oro traído exclusivamente desde Skypiea en donde se podía leer en bellas letras finamente grabadas el nombre del dueño de dicha oficina: DonQuixote Valentine.
-Los presos intentan escapar, almirante.- Habló uno de los novatos sin preocuparse por no haber tocado antes la puerta.
-¿Qué no les han enseñado modales?- replicó una dulce pero molesta voz detrás del escritorio que se encontraba justo en el medio de la habitación, aquella persona tenía la vista fija en el ventanal que normalmente quedaba a sus espaldas, admirando el desastre que se estaba comenzando a propagar.
-¿Qué están esperando para detenerlos? Déjenme adivinar. Vienen a mi oficina y quieren que yo resuelva este problema ¿me equivoco?- la dulzura que se había sentido hace unos instantes ya no estaba en esa voz. Valentine giro sobre su silla para encarar al osado novato que temblaba al recibir de lleno la furiosa mirada de la mujer delante suyo.
Y es que no era para menos, DonQuixote Valentine, era por mucho una persona de temer. Aún cuando fuera solo una joven de tan solo 24 años que se convirtió en Almirante con tan sólo 18 años, la marina entera le temía y es que no era para menos, no sólo por el apellido que portaba orgullosa, sino también por saberse ganar su lugar.
Una mujer elegante y fuerte que no se dejaba intimidar por nadie, una melena rubia que parecía hecha del más puro oro, que en esos momentos reposaba con elegancia en una trenza llegando a la mitad de su espalda; de piel casi blanca, ojos de un bello azul mar, sus manos siempre ocultas tras un par de guantes. Y si todo esto no fuera suficiente, era una de las portadoras de nomis más extrañas y peligrosas existentes, la 'Yume Yume Nomi'* que era capaz de dejar inconsciente a sus víctimas con sólo ver a la imponente mujer a los ojos.
-Lo....lo...me...me..yo..- intentó disculparse el novato, pero es que esa mujer era capaz de hacer temblar hasta al pirata más fuerte.
La rubia levantó su mano en señal de fastidio, dando a entender que no quería seguir oyendo al chico delante suyo.
-Resolveré esto yo sola, ¡Largo de aquí!- ordenó mientras se volvía a sentar en su silla, una vez con la puerta de su oficina cerrada, soltó un suspiro frustrado y miró en dirección a la foto que descansaba en el escritorio.
-Es bueno saber que no haré esto sola papá.- susurro a la foto y sonrió. Era hora de terminar está farsa de una vez por todas.
Sé levantó de su silla y se encaminó a la puerta junto al gran ventanal, aquella puerta que dirigía a sus aposentos y a su preciado laboratorio. Una vez en su habitación, se cambió su uniforme de marine por el traje que su hermano le había mandado a hacer con el escudo de su tripulación.
Un bello traje en color negro con detalles dorados y el símbolo de los piratas heart adornando la espalda del mismo, y en el frente en una versión pequeña, justo a la altura del corazón se encontraba bordado en un hilo fino de color perla, el escudo de la tripulación Dream (Tripulación pirata de la que Valentine era capitán)
-Tripulación Heart.. Lindo detalle hermanito- dijo admirando la gabardina negra en sus manos que venía acompañada de una dedicatoria de su hermano adoptivo.
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El Sendero A La Verdad De La Era Pirata-One Piece
FanfictionPoder, fama, riqueza, todo aquello que había logra Gol. D. Roger, el Rey de los Piratas. "Mi fortuna es de quien la quiera, pero tendrá que encontrarla primero. Deje todo lo que poseo escondido en el One Piece." Esas habían sido sus palabras y el de...