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Qué te tiene tan triste...Juli?- preguntó por segunda vez el mayor, le preocupaba mucho ver a su lindo novio tan triste e inmerso en sus pensamientos, sabía que tenía que sacarlo de sus pensamientos el por experiencia sabía lo que era que su mente se apoderará totalmente.

Es solo que...-Por fin hablo Julian- mis padres no dejan de decirme que soy un fracaso, un inútil, que lo único que tengo que hacer es estudiar y sacar buenas calificaciones, y ni eso hago bien...no se... tal vez ellos tengan razón- termino de hablar Julian y una pequeña pero dolorosa lágrima bajo por su mejilla.

No, no, no, Julian en tu vida vuelvas a decir eso, tus papás nunca, nunca van a tener la razón en esas palabras- Kevin se hinco para quedar a la altura de su bonito niño- escúchame Juli, tu eres la cosa más preciosa que hay en este mundo, con un gran corazón tus calificaciones no miden que tan bueno eres, no eres un inútil y nunca lo serás, digan lo que digan- al terminar de hablar coloco una mano en la mejilla de Julian para acariciarlo con amor, esto y las palabras de Kevin hizo que Julian no pudiera hacer nada más que quebrarse.

Ay, bebé me duele verte llorar, pero esta bien sácalo todo- escondió el rostro de su amado en su cuello para que nadie lo viera llorar, oír sus sollozos y ver los espasmos que estos provocaban hacía que el corazón de Kevin se estrujara.

Estuvieron unos 5 minutos en la misma posición, Julian intentando calmarse y Kevin esperando y calmando al más pequeño.

Estas mejor, bebé?- Le pregunto Kevin dulcemente, mientras secaba las últimas lágrimas de la cara de su niño, Julian sonrió con algo de esfuerzo pero asintió- bien, vamos a comprarte un algodón de azúcar para subirte más los ánimos.

Ambos se dirigieron a la salida de la escuela para poder ir a casa del mayor y de paso ir por el algodón para subirle los ánimos.

Ten, bebé- Kevin le tendió el algodón color azul a Julian

Gracias, de verdad- sonrió con sinceridad Julian a su enamorado

Siguieron caminando para poder llegar a la casa del mayor, Julian comía felizmente su algodón y Kevin lo veía con cariño

Quieres?- preguntó adorablemente el menor

No, bebé gracias- La verdad era que a el no le gustaba mucho el algodón de azúcar, pensaba que había mejores dulces que esa cosa, pero al ver a su enamorado tan feliz de comerlo decidió que era mejor ahorrarse su opinión sobre ello.

Después de caminar durante unos minutos más llegaron a la humilde casa del Alvárez mayor, y ambos entraron y dejaron ambas mochilas en el sofá de la sala.

Qué se te antoja comer, Juli?- pregunto Kevin viendo lo que había dentro de su refrigerador

Mmmm, la verdad no se- Julian tenía hambre, pero realmente no tenía idea de que quería comer, sabía que su novio tenía una gran habilidad en la cocina y todo lo que cocinaba era delicioso, así que realmente no le importaba que cocinara pues sabía que iba a estar delicioso.

Bueno, te hare unas milanesas con puré, qué te parece?- Kevin sonrío con cariño al ver como a su novio le brillaron los ojos al oírlo decir que cocinaría su comida favorita-

Julian solo asintió rápidamente






Toma, Juli- Le dijo el mayor tendiéndole el plato en la mesa, el menor no espero más y metió un pedazo de milanesa con puré a su boca haciendo un sonido de satisfacción unos segundos después

Tomare ese sonido como respuesta- Dijo Kevin riendo un poco al ver a su enamorado comiendo felizmente-

Después de que terminaron de comer, se dirigieron a la habitación del mayor, ambos se acostaron en la cama y sin decir nada, Julian se puso encima de Kevin sentándose en su regazo 

Kevin solo atinó a poner sus manos en los muslos del menor y verlo algo preocupado y confundido al ver que aunque su cara no mostraba tristeza sus hermosos ojos si

Qué tienes, mi vida?- Preguntó preocupado el mayor, sentándose en la cama aun con Julian en su regazo- es por lo de tus papás?- pregunto nuevamente y al verlo asentir solo pudo atinar a suspirar, estaba cansado de que los papás de Julian siempre le dijeran cosas hirientes, nunca los a conocido y la verdad no tenía muchas ganas de hacerlo, estaba harto de ver llorar a su niño por culpa de ellos, cuando tendrían que ser ellos las primeras personas que lo consuelen, pero esta bien ya que el siempre estaría para el, no le importaba consolarlo aunque le doliera el corazón, el sacaría a Julian del gran sufrimiento que vive en esa casa.

Es que, ya no quiero volver...y-ya no creo aguantar más, todos los días es lo mismo- lagrimas amargas empezaron a bajar inconscientemente de esos lindos ojos que Kevin tanto amaba ver- nunca me apoyan, nunca están para mi, solo me insultan y si tengo malas calificaciones mi madre me golpea y mi papá no hace nada, nunca les he importando- el llanto y dolor en su voz fue incrementando a medida que Julian hablaba- y-yo ya no-o se que hacer, nunca están felices con nada de lo que hago, solo...solo soy un inútil a sus ojos, me dicen que soy el peor error que pudieron haber tenido en la vida, yo de verdad ya no puedo más-lo último fue un susurro lastimero que Kevin pudo escuchar a la perfección, lo acorruco en su cuerpo mientras le susurraba que todo iba a estar bien, que el siempre iba a estar a su lado pase lo que pase.

Kevin se fue haciendo para atrás de a poco y con cuidado, quería que Julian durmiera un poco, habían madrugado para ir a clases, y el llanto lo más seguro le provocaría un dolor de cabeza después y bueno sin contar el desgaste y cansancio psicológico que Julian ya tenía, tendría que sentirse agotado.

Al ya estar completamente acostado en su cama, Julian solo se coloco alado de el para que ambos descansaran más cómodos.

Duerme un poco, Juli- Le dijo su enamorado con suavidad mientras acariciaba su mejilla y cabello con suavidad, a lo que Julian solo atino a cerrar sus lindos ojos al sentir esas cálidas caricias de su novio.

Julian también puso una mano en la mejilla ajena, sonrió con tristeza y poco a poco fue acercándose a su novio y estampar sus labios en un suave beso para luego susurrarle un gracias algo débil por el llanto, y se acorruco más cerca de su novio para poder descansar su mente y cuerpo.

Te amo, ÁlvarezWhere stories live. Discover now