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“No puedo enseñar nada a nadie.
Solo puedo hacerles pensar.”
Sócrates








Un día más comenzó, donde la figura de aquella casa de un único piso deambulaba lentamente, su figura alta y delgada moviéndose con suavidad, su sombra reflejándose a través de los vidrios empañados por la nieve. Los ojos de esa mujer se posaron en la ventana, esos ojos grises como el mismo hierro observando el patio teñido de nieve gracias al clima nevado.

La mujer suspiró lentamente, mientras volvía a dirigir su cuerpo tenso a más movimientos en el hogar. Un segundo ruido De patas se arrastraban junto a las pisadas de los descalzos pies de la mujer, un perro que buscaba calidez junto a la presencia de su perezosa y cansada dueña.

– Scooby – la mujer llamó al perro de raza gran danés del mismo color marrón que la caricatura de los antiguos dibujos animados. Ella se arrodilló, colocando su rodilla en el suelo y la otra usándolo como apoyo para su brazo – Ven aquí – su mano se estiró para acariciar y masajear la cabeza del perro, el cual soltaba bufidos alegres.

Pero antes de continuar para levantarse e ir a seguir sus deberes como Psiquiatra, el suave timbre de campana sonó dando un eco por la casa. El perro ladró, y la mujer lo detuvo para que no haga más ruido – ya voy – avisó.

Caminó lentamente y con flojera hacia la puerta, acomodando su cabello corto de color negro con algunas puntas más claras. Ella abrió la puerta, notando la presencia del joven cartero – ah, eres tú, ¿Nuevo correo para mí? – Extendió sus manos, mirando el paquete marrón y bien envuelto, su rostro se transformó en una mueca confusa, ¿Ella había pedido algo y se le olvidó?.

Después de firmar la postal de entrega al cartero, se metió nuevamente a su morada, fijó su atención a cada parte de ese paquete. Soltando un suspiro ronco al reconocer la firma a la esquina detrás del paquete, justo a la derecha...
                                      Jeffrey Ward
                                 Fundador del Edificio
                            De cárcel y Psiquiatra F.A.S.
                      (Fundación de Asesinos Sueltos)

Entre los bosques de aquella pequeña ciudad apartada del estado de Virginia había algo muy desconocido para ese ya abandonado pueblo

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Entre los bosques de aquella pequeña ciudad apartada del estado de Virginia había algo muy desconocido para ese ya abandonado pueblo. Con grandes cámaras de seguridad se encontrarías antes del final del bosque, una zona muy protegida, guardias siempre alerta, y un gran edificio de tres pisos bien construida con un estilo victoriano y terrorífico.

Dentro de aquel edificio, dos figuras respetadas caminaban entre los pasillos hasta entrar a una oficina, su discusión parecía no terminar — ¿Cómo haremos para mantener a todos bajo cuidado Jeffrey?, no podemos arriesgar la vida de todos ellos — La voz ronca de un hombre de cabellos negros y cortos habló, su barba descuidada desde 5 días le daba un aspecto aún más intimidante como su porte.

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⏰ Última actualización: Jan 10 ⏰

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