En alta mar, se encontraba un gran barco pirata navegando a altas horas de la noche en plena tormenta, cualquiera diría que es un suicidio y todos los tripulantes de aquel barco pensaban lo mismo. Solo que a excepción de su capitán, quien no le importaba el peligro y prefería zarpar a esas horas de la madrugada en busca de su tierra natal.
El capitan de la embarcación caminaba por la agitada cubierta mientras era empapado por la lluvia y sus marineros hacia lo posible para mantener el barco estable. Poco lo importaba todo, solo quería ir a ver a si hijo en ese momento y así fue.
Entro a una de las habitaciones del barco donde estaba su amado hijo leyendo un libro acostado en su cama.
—¿puedo pasar? —inquirio el capitán.
—papá, ya estás adentro —respondió dejando de leer su libro para ver a su padre.
El mayor solo sonríe y se acerca a su primogénito e único hijo, luego se sentó en la orilla de la cama mientras el contrario le sigue con la mirada.
—¿emocionado por volver a nuestra tierra? —quizo saber el capitán.
—la verdad... no tanto —el menor rasca su nuca después de responder.
—¿y porque no? Han pasado años desde que salimos de viaje hacia moon village y no hemos vuelto.
—eso lo se, me refiero a que yo hubiese preferido partir en la mañana y sin tormentas de por medio —replicó.
Su padre suspiró para luego tomar uno de sus aretes que colgaba de sus orejas, se lo quitó y extendió su mano hacia su hijo para luego tomar su mano y dejar esa pieza de plata allí, cerró su mano y le miró directamente a los ojos con una sonrisa.
—me conoces bien y sabes que soy todo un amante del peligro —sonríe—. Perdóname por no tomar en cuenta tu opinión una vez más.
El contrario se lo pensó un poco, era más que evidente que su padre jamás cambiaría su manera de ser sabiendo que ha intentado infinidades de veces tratar de advertirle que su vida corre peligro al arriesgarse de esa manera. Al fin y al cabo era su padre y no dejaría de quererlo por eso.
—esta bien, no hace falta que te disculpes —respondió a lo que el mayor rie.
—te pareces tanto a tu madre —se levanta—. Ella de seguro me hubiese regañado por desobedecer y me diera el sermón más grande del planeta.
Ambos comenzaron a reír por lo que dijo el capitán del barco, aunque el menor se sentía un poco mal.
—ella me hace falta... la extraño demasiado —baja la mirada.
Su padre puso su mano en el hombro de su hijo y luego acarició su espalda.
—a mi también me hace falta —coincidió—. Pero se que ella está mejor en donde sea que esté.
El mayor tomo su collar el cual tenía un pequeño dije, lo abrió y dentro tenía una foto de la mujer que lo enamoró, la misma con la que se casó y formó una familia. Luego le dio una mirada a su hijo.
Ambos cruzan miradas para después saltar a los brazos del otro y darse un abrazo.
—¿me prometes que tu no me dejaras? —Inquirio el joven con sus ojos cristalinos.
—lo prometo —fue su única respuesta—. Te amo hijo mío.
—y yo a ti.
Así estuvieron por un rato hasta que la voz de un tripulante se escuchó afuera de la habitación.
—¡capitán! ¡lo necesitamos en la cubierta ahora! —exclamó el marinero.
Ambos se separaron y el mayor miró la puerta para luego ver a su hijo el cual estaba temeroso.
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Bajo tu hechizo
FantasyDesde que llegaste a mi, no sales de mi cabeza, es como si te adueñaste de mis pensamientos y ahora no me dejas en paz, ¿que me has hecho? ¿por qué me siento así cuando estoy cerca de ti? Estoy seguro que estoy bajo uno de tus hechizos. •Lemon. •Ya...