A mis 23 años, solo había experimentado el enamorarme una sola vez, aunque fue un completo error hacerlo. ya que la persona nunca correspondió a mis sentimientos, dejándome por unos largos 6 meses pensando en que hacer para que se fijara en mí, pero al final entendí que no valía la pena esforzarme para gustarle a alguien que nunca me iba a ver de la forma en que yo la veía.
Luego de esa terrible experiencia, no quise volver a pasar por lo mismo, por lo que duré mucho tiempo sin buscar una relación, no fue difícil, ya que mi suerte en el amor es de lo peor, en todos los años que tengo nunca había tenido una relación formal. Tal vez haya sido porque era terrible para hablar con mujeres y las pocas con las que podía entablar una conversación, no me atraían en lo más mínimo y que, además, soy una persona muy introvertida, que era un punto negativo más.
Una tarde de septiembre, luego de estar completamente aburrido mirando mi celular, ya que no podía salir por la pandemia, encontré de manera muy casual lo que era un grupo de Whatsapp de mi serie favorita, era un grupo de rol; nunca me había llamado la atención ese tipo de cosas, pero decidí darle una oportunidad.
Luego de varios días, el ambiente dentro del grupo era agradable, hablaba con distintas personas de diferentes países. Era bastante entretenido y lo mejor de todo, el rol; era una forma para mi de hacer lo que no podía en mi vida real.
Luego de varias semanas, ya me estaba aburriendo, el grupo no era igual que antes, comenzó a volverse más tedioso, aburrido y monótono, en ese punto me plantee el salir y lo hubiese hecho si no fuera por una persona en especial que, desde ese momento, cambio mi vida para siempre.
Era una chica, vivía en un país diferente al mio, pero era hermosa y lo sabía por su foto de perfil. En un principio no le tomé mucha importancia ya que era un grupo donde habían más de 100 personas diferentes y me daba vergüenza escribirle.
Luego de varios días, y gracias al rol, comenzamos a hablar, aunque no era todo el tiempo. Los días siguieron pasando y el tiempo en que pasaba hablando con ella era mayor, ahora hablábamos todos los días, aunque por ratos.
Varias semanas después, nos habíamos vuelto un poco cercanos, podría decir que amigos, ella me contaba sobre su día al igual que yo a ella; era una chica divertida y cada día que pasaba chateando con ella, más me agradaba y me sentía más cercano.
Para finales de diciembre, luego de hablar con ella por dos meses, casi todos los días, comencé a sentir atracción por ella y pude confirmar que me había comenzado a gustar cuando me enteré que tenía un enamorado y sentí celos, pero no podía hacer nada, ella vivía a miles de kilómetros de donde yo soy y tampoco podía decirle lo que había comenzado a sentir ya que estaba seguro que me rechazaría.
En ese momento, volvió a mí el recuerdo de lo que me había pasado hace años, que me enamoré solo y que por eso sufrí por varios meses, era algo que no quería volver a vivir, así que me planteé el alejarme un poco de ella, pero no pude hacerlo, algo en mi interior no me permitía dejar de hablarle diariamente
Nuestra amistad se fue tornando un poco más romántica conforme pasaban las semanas del nuevo año, sin poder evitarlo le decía cumplidos que a ella le gustaban y ella respondía de la misma forma hacia mí, ya no era una simple amistad, sino que sentía que había algo más, pero tenía miedo de equivocarme así que mantuve mi secreto bien guardado dentro de mí.
Para el mes de marzo, ya no solamente me gustaba, estaba completamente enamorado, era algo que no pude evitar por más que en un principio lo intenté, pero había pasado, me había enamorado de alguien a la cual solo conocía por fotos y que solo hablábamos por mensaje o llamada de vez en cuando, pero así es este sentimiento, no puedes elegir cuando y de quien, solamente pasa.
Aunque todo parecía bonito, también teníamos nuestras discusiones y cuando tuvimos la peor, que fue el día en que sentí que la perdía, decidí revelarle mis sentimientos. No tenía idea de lo que iba a pasar después de eso, pero fue una medida desesperada, la quería mucho y si la iba a perder, al menos quería que supiera que estaba enamorado de ella.
La situación no salió como me lo esperaba, de hecho, resultó mejor de lo que había pensado ya que me reveló que también le gustaba; eso era algo que sospechaba por cómo nos hablábamos, pero no estaba del todo seguro.
En ese momento, sentí como mi corazón se aceleraba, estaba nerviosos y también feliz; nunca, en mis 23 años, había estado en esa situación. Lastimosamente, no siempre pasa lo que uno quiere y aunque ambos nos gustábamos, era muy difícil que pasara algo entre nosotros en ese momento, ya que vivíamos en países distintos y ni siquiera eran cercanos.
Por los siguientes meses seguimos hablando, pero ahora nuestras charlas era un tanto diferentes, ya no éramos solo amigos, éramos más que eso pero sin llegar a ser una pareja y realmente, en ese momento, no sabía que pasaría, pero me hacía feliz poder tenerla en mi vida.
Entre ella y yo, no todo fue color de rosas, tuvimos nuestras discusiones, problemas y demás, mayormente por problemas de celos de ambas partes, pero lográbamos resolverlo y seguir con nuestra extraña relación.
Para finales de julio, ella me sorprendió con un mensaje emotivo, que al leerlo no pude evitar soltar algunas lágrimas, el mensaje finalizaba pidiéndome ser su novio y en ese punto, sentí que todo había valido la pena.
Pero la felicidad no duro mucho tiempo, a los pocos días, gracias a un error de mi parte que siempre lamentaré, me terminó y todo se vino abajo dentro de mí, en ese momento sentí que la había perdido para siempre.
Cortó toda comunicación conmigo por varios días y yo lo único que podía hacer era pedirle perdón cada que tenía la oportunidad, la amaba y quería recuperarla a como diera lugar. Por suerte, pude obtener otra oportunidad y para finales de agosto, le pedí ser mi novia de nuevo, lo cual aceptó.
Durante todo un mes era completamente feliz con ella, peleábamos muy poco y hablábamos diariamente. En ese punto lo que más deseaba era conocerla en persona, pero, por las circunstancias de ambos, era algo difícil que pasara en los siguientes meses.
Todo se vino abajo para mi nuevamente, cuando luego de un mes de relación, nuestra comunicación fue de más a menos, de hablar casi todo el día a solo hacerlo por unas cuantas horas nada más.
Sabía que algo pasaba, pero por más que intentaba descubrirlo, no se me ocurría nada que me hiciera entender su comportamiento repentino y sucedió lo que menos quería, luego de varios días donde estuvo algo distante, me terminó.
Aunque intenté conocer el motivo, nunca me lo dejo claro y esa noche lloré como nunca lo había hecho, tenía el corazón roto y en medio de mi llanto comencé de nuevo a buscar en los mensajes anteriores, buscando alguna razón por la cual ella hubiese llegado a esa decisión pero no encontré nada.
Para mí los siguientes días fueron terribles, todas las noches lloraba mientras leía ese último mensaje, tal vez era masoquismo, pero no podía evitarlo.
Ella y yo continuamos siendo amigos luego de todo eso, aunque no hablamos igual que antes, ella continuo con su vida y luego de muchos meses, supe que estaba en una relación, me alegré por ella, se merecía ser feliz y si no era conmigo, al menos que fuera con alguien más.
Luego de dos años de que todo terminó entre nosotros, aun la sigo queriendo como desde el primer día y si tuviera la oportunidad de regresar con ella, no lo pensaría dos veces porque siento que es el amor de mi vida.