Prólogo

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Albert Hemmimgs, el padre de Luke, detuvo el auto frente a un edificio de ladrillos, ubicado en un campo abierto, a excepción de las grandes rejas que habían alrededor de la propiedad, dándole un aspecto de carcel al lugar.

Luke se removió en la cojinería de cuero color café de la parte de atrás del automóvil, quería quedarse de allí todo el tiempo posible.

El lugar era aterrador, sumándole a los hechos que el día era nublado y gris.
Su padre abrió la puerta trasera, y tomó a su rubio hijo del antebrazo halándolo, antes de que el pudiera hacer algo para impedirlo.
Antes de la entrada a la edificación, habían unas escaleras de piedra gris, donde su padre lo soltó y paró a hablar con una monja.

Luke observó que ella tenía ojos verdes, y de no ser por la manta que llevaba en su cabeza, estaba seguro de que a la vista hubiera estado su cabellera rubia.
Sintió unos toques en el hombro, giró la cabeza saliendo de sus pensamientos, y observó a quién lo había llamado.

Una niña mucho más pequeña él, con dos coletas a lado y lado, adornadas con una cinta color rosa.
En su mano izquierda, llevaba una flor de color blanco, la extendió regalándosela a Luke.
-Gracias, que linda és- alagó el ojiazul siguiéndole la corriente a la niña, en realidad la flor parecía muy fea a Luke. Forzó una sonrisa.
-Luke, vamos ya.- le regañó su padre.
Y entraron al edificio, Luke se sintió intimidado por la cantidad de enfermeros que se encontraban allí, por todas partes. Algunos estaban persiguiendo a algunos pacientes, sentados junto a ellos, y en cada puerta habían por lo menos dos de esos hombres y mujeres con traje blanco.
-La hermana superiora le está esperando en la oficina- Informó la monja, quién cerró la puerta tras ella; ensordeciendo a Luke por el fuerte sonido que había causado aquello.- Aquí, ustedes se pueden despedir- Sonrió con melancolía. Pero era una sonrisa falsa, y el rubio no había pasado ello por desapercibido.

Se giró para ver a su padre, quién le tomó por los hombros para mirarlo a los ojos.

-Es por tu bien- dijo él.
-Cómo sea- Dijo cínicamente, rodó los ojos. Se soltó bruscamente del agarre de su padre, entonces se dirigió a las escaleras de madera. Donde había otro de esos enfermeros esperando para acompañarlo al despacho de la directora del lugar.

Y no miró hacia atrás, ni siquiera para despedirse de su papá.
Ya no había vuelta atrás.

♪♪♪

Hola a todos, somos malu y val, esta es nuestra novela de muke y esperamos que les guste mucho.

Escrito por: Lucy_StylinsonXx (malu).

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