1

8.2K 441 1.4K
                                    

Una de las cosas que más odiaba Aquino era salir, y seguido de esto, que le avisen a último momento que debía salir.

Si fuera por él nunca lo haría, pero tenía que sobrevivir y dependía de algo que se llamaba comida.

Le parecía una estúpida idea la de su amigo Tomy.
Ese día era el cumpleaños de su mejor amigo, Duxo, ocurriéndole la grandiosa idea de ir de imprevisto a festejarla.

Duxo avisó que estaría en su casa, igual que todo el mundo. Era algo sabido.

Hace un par de meses que se propagó un virus, haciendo que se establezcan medidas de seguridad por parte del gobierno para mantener a la gente alejada del peligro.

La cuarentena llegó a la vida de las personas, obligándoles a permanecer en sus viviendas sin tener alguna reunión social.
Al igual que el toque de queda, que era a partir de las nueve de la noche.

A muchas personas les afectó esta nueva rutina, pero también a otras personas se les hizo muy fácil adaptarse.
Entre esas personas estaba Aquino, quien lo tomó de la mejor manera al ser alguien que solo se preocupaba por jugar videojuegos.

Volviendo al tema principal, Aquino no quería salir de la comodidad de su casa.
Lamentablemente, Tomy no estaba de acuerdo y luego de insistirle por media hora, logró convencerlo.

"Es tu mejor amigo", "Lo conoces desde siempre", "No debería pasar su cumpleaños solo". Entre otras excusas.

El plan era simple, ir los dos a casa del cumpleañero y celebrarlo hasta el día siguiente, ya que Duxo por el momento vivía solo.

El único problema es que se supone que Aquino debería haber salido de su casa a las ocho, no un cuarto para las nueve.

Sus amigos sabían que llegar tarde era costumbre, muy típico de él. Pero en estos momentos no era muy favorecedor.

Reconsideró quedarse en casa.
Pero ese pensamiento se esfumó al instante al recibir un mensaje de texto de Tomy, era una foto de Duxo distraído.

Su corazón se estremeció al verlo. Su mejor amigo o persona que le gustaba, le esperaba.

Sin pensarlo más, salió de su casa. Creía llegar a tiempo, Duxo vivía a unas cuantas cuadras, si corría a lo mejor lo lograba.

El camino fue relajado, todavía faltaba tiempo, y no esperaba que los policías salieran exactamente a las nueve en punto.
Las calles eran muy silenciosas, y casi no había gente. Casi porque las pocas personas que estaban presentes corrían, quizás tratando de llegar a tiempo a sus hogares o quizás en su misma situación.

Giró en la esquina y siguió caminando.
Algunas personas salían por sus ventanas, mirando el exterior.
El aire frío de la noche comenzó a golpear su rostro, recordándole que debía apurarse.

Aceleró el paso, pensando en qué haría al llegar a la casa de Duxo.
Seguro estaba Tomy tomando, él era completamente un fiestero y alcohólico sin remedio.
Duxo por otro lado, se medía a la hora de hacerlo, era muy responsable.

Soltó un suspiro en pensar en el azabache.
Su enamoramiento pasaba desapercibido, años ocultándolo había logrado que lo hiciera perfectamente.
Tomy era el único que lo sabía, él mismo le contó el día en que Duxo faltó a la escuela porque estaba enfermo. Aquino quería faltar también para cuidar de su amigo. Pero debía tener una excusa para hacerlo, por eso prefirió sincerarse con Tomy y contarle sobre sus sentimientos. Él lo apoyó en todo y fingieron que tenía una terrible enfermedad llamada gripe para que lo dejaran irse.
El plan salió bien.

Desde ese día Tomy no paraba de emparejarlo con el más bajito del grupo.
Expresando que serían la pareja perfecta.

No podía odiarlo. Los tres formaron un vínculo muy grande, a pesar de que Tomy tuviera miles de amigos, ellos eran los únicos a quienes les entregaba toda su confianza y protección.

Cuarentena╎DUXINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora