El Rey Demonio ha Sido Engañado

Capitulo 1

Advertencias: nopor hualian, Hua cheng siendo el desquiciado que canonicamente es con todos, pero un mansito con su esposito. Yin Yu es explotado, Xie Lian empotrado contra la mesa.

En el capitulo 2, Hua Cheng toma un afrodisiaco y XL tiene que dar las nalgadas para salvar al mundo. 

ʚĭɞʚĭɞʚĭɞʚĭɞʚĭɞʚĭɞʚĭɞ

Hua Cheng podía ser ruin, desacerado, mentiroso y pendenciero. Lluvia Carmesí que Busca una Flor era una criatura de terror, siendo, en efecto, el monstruo sanguinario que asusta los sueños de los dioses durante las noches.

Era un demonio. Hua Cheng no supo ser de otra forma, y como de niño nunca pudo vengarse de nadie, ahora como Señor Demonio, disfrutaba de los placeres oscuros que ofrecen la mezquindad y la tortura psicológica.

Lluvia Carmesí podría decidir ser desagradable a cualquier hora del día, sin razón justificada. Generalmente, muy ocioso, pasando el rato en Mansión Paraíso, el Rey Fantasma bebería vino afrutado de una copa de oro, mirando sin mirar realmente como le bailan las bellas demonias. Como era inmortal y había vivido largo tiempo, ya nada le importaba mucho-, al menos que fuera cualquier cosita tierna hecha por Xie Lian-, así que beber y ver bellezas femeninas le eran cuanto mucho... indiferente.

Allí, aburrido, sonreiría con labios pálidos infusionados en vino ardiente. Pensaría en alguna atrocidad.

Entonces, de la nada, algún dios seria maldito. Hua Cheng podría liberar, con el poder de un pensamiento, una plaga de mariposas explosivas que quemaran las ofrendas, templos y campos ofrendados a estos mediocres celestiales.

Podría también, ponerse de pie y caminar con botas negras de cuero, tintineando joyas de plata. Podría llevarse la copa en mano o dejarla allí, olvidada para que se la recoja algún súbdito, y así, disponerse a matar algo.

Solo para perder el tiempo, para distraerse. Lluvia Carmesí, podría ir a a la casa de un dios, matarle a todos los guardias y tirárselos a la puerta. Luego se sentaría en una piedra en el jardín y esperaría pacientemente a que saliera la basurita inútil, que ya a estas alturas, o abría escapado o se habría orinado encima.

Jugando con el hilo rojo en sus manos, Hua Cheng mataría blandiendo a E-Ming con una mano, dejándola girar y rebanar. Pero esto... esto era tan banal, un poco divertido pero indiferente. Él había vivido mucho, matado demasiado y ya los gritos de agonías de los dioses, poco estimulo le representaban.

Pensaría entonces, sentado sobre cadáveres, que hubiese sido mejor quedarse en casa y esperar a Gege. Después de todo, los gritos de agonía sexual de Gege eran mucho mejores.

-Estoy aburrido.

Susurro Hua Cheng dejándose caer sobre sus brazos. Rasco con el filo de E-Ming su mejilla, empapándose la cara de sangre divina.

Un gemido vino de abajo- Por favor... solo mátame...-, el Dios hundido en el suelo, rogó, Hua Cheng sentado sobre su espalda siguió rascándose la mejilla.

Pensó distraídamente que hubiese sido mejor quedarse a beber en su casa, después de todo el vino que le regaló Pei Ming estaba bastante bueno. Seguramente pudo quedarse, beber un par de copas más e irse a apostar y jugar cartas malditas.

-Lluvia Carmesí...

El dios moribundo tocio ruidosamente, su sangre derramándose en un gran charco, ensucio las bellas botas negras del Rey Demonio. Hua Cheng al ver esto, arrugo minúsculamente los ojos y sintió asco.

Se puso de pie, sacudiendo un poco el pie, moviendo a E-Ming en el aire, para sacarle la sangre a la hoja y luego la enfundo. El ojo maldito de la cimitarra, lentamente se cerró- Me da pereza matarte, cortar tus brazos y piernas fue entretenido pero la verdad... te rendiste tan rápido que ahora ya no tiene sentido continuar con esto.