La vida de Urtzi cambió completamente en cuanto conoció a Guillermo. Quién le diría que el estúpido de su amigo alfa desestructuraría todos sus planes.
Fue un sábado por la noche, mientras jugaban a un videojuego en su casa después de haber acordado que dormirían juntos, cuando decidió aceptar sus malditos sentimientos hacia él. Y es que ese día simplemente no pudo evitar sentir un cosquilleo en su estómago, ese que siempre había ignorado, cada vez que su amigo se emocionaba al ganarle en el juego, el cual Urtzi no estaba prestando atención en lo absoluto porque no podía despegar los ojos del otro.
Se sentía un idiota por haber generado sentimientos hacia Guillermo, tenía claro que era una relación que jamás llegaría a ocurrir, partiendo de la base que ambos eran muy mujeriegos y, por decirlo de alguna manera, cada fin de semana se liaban con una chica diferente. No conseguía entender porqué tenía esos sentimientos hacia, no solo su amigo, si no que hacia un hombre, nunca antes se había fijado de ese modo en un chico, a pesar de ser un omega.
Urtzi se sentía perdido, no sabía a quién podría pedir ayuda. Tenía claro que si alguien se enteraba de que le gustaba un chico probablemente se reirían de él, se quedaría solo, o su popularidad ya no sería la misma, por no decir que sería la peor. Esto sonaba completamente triste, y tener que producir sentimientos por alguien de su mismo género para darse cuenta de que solo se rodeaba de gente hipócrita dolía más de lo que pensaba. Es como si ya se sintiera traicionado por sus amigos aunque aún no hubieran opinado sobre el tema.
Se sentía completamente desorientado, le habían gustado muchas chicas pero ninguna le hizo sentir como lo hacía Guillermo. Sentía que era la primera vez que se enamoraba, como si fuera un niño en el colegio que amaba a alguna de sus compañeras de clase, su amor hacia su amigo era igual de nuevo e inexperto. Simplemente no podía creerselo.
Después de aceptar todo esto, estuvo pensando mil maneras de decírselo, pero no se atrevía a hacerlo. Por mucho que Guillermo hiciera bromas constantemente sobre que le gustaba, sobre besarle, marcarle o simplemente siendo cariñoso con él. No era capaz de creer que este tuviera sentimientos por él, era imposible. Y por eso el malestar de Urtzi y el sentimiento de que aquello estaba mal no hacía más que aumentar.
Intentó seguir con su vida, ignorando y ocultando la pequeña depresión que se había generado. Continuó viéndose con Guillermo, jugando con él, y haciendo las cosas que siempre solían hacer juntos. Y es por eso que ahora se encontraba un viernes al mediodía, en la salida del instituto, junto a su amado mientras este miraba su móvil entretenido y Urtzi observaba lo atractivo que era, por décima vez en el día. Pero rápidamente apartó la mirada avergonzado cuando Guillermo le miró repentinamente y esbozó una pequeña sonrisa al haberle descubierto.
- Tú, vente mañana con mi grupo. - Dijo tomando por sorpresa a Urtzi.
En verdad, aquella idea no sonaba tan mal y realmente le había sorprendido la invitación ya que, por mucho que ellos pasaran tiempo juntos, jugaran fútbol y todas esas cosas, jamás le había invitado a quedar directamente con su grupo de amigos.
- Pero yo no pinto nada allí, no conozco casi a tus amigos. - Guillermo frunció el ceño ante su respuesta y guardó el móvil para acercarse un poco más hasta él antes de hablar, haciendo que Urtzi pudiera sentir el olor a menta con más intensidad volviéndole loco y provocando que se sintiera ligermente mareado.
- Vas para estar conmigo, no te preocupes por eso. - Urtzi asintió con la cabeza automaticamente, quiero decir; ¿podría decirle que no cuando lo tenía tan jodidamente cerca y con unas ganas irremediables de besarlo?
Después de eso, Guillermo se montó en el coche de su padre, quien acababa de llegar, dejando a Urtzi aturdido, que enseguida comenzó a caminar hasta la parada del bus.
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hidden feelings // omegaverse
FanfictionUrtzi sabía que sus sentimientos no eran correspondidos. Pero, ¿por qué le besó aquella noche?