Único

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Toda la tarde el pequeño  Taehyung había pensado en ese asunto, era algo que hasta ese momento no había razonado, pero agradecía haberlo escuchado de boca de su madre al conversar con su amiga y es que le resultaba injusto que tantos años, más se había tomado la oportunidad de devolver lo que le daban. Simplemente la mejor opción era hallar una solución a su alcance, pues aunque en la televisión había visto toda clase de cosas, él no tenía recurso suficiente para conseguir artículos como esos, agregando que tampoco sabía dónde los conseguiría, sin duda la vida de un niño parecía tan sencilla, si no se concentraba en esos asuntos, en los que los adultos aparentemente solo tenían cabida.

-¿Joven Kim, está prestando atención?- Sus ojitos se cerraron unas ocasiones previo a ver a la profesora a escasos centímetros suyos, cuando hace un instante estaba frente al pizarrón, asombrando se, hasta que está lo miró de frente, notando su ceño fruncido- ¿Joven Kim, acaso tienes sueño?- El nombrado estaba por responder, cuando la escandalosa voz de la mujer lo asustó- ¡Si tiene sueño, no le molestará quedarse de pie lo que resta de la clase!

- ¿Ehhh?

- ¡Ahora, levantase y vaya al fondo! ¡Ahí se mantendrá hasta que suene el timbre!- Como anestesiado, el apiñonado asintió, obedeciendo, no sin antes tropezarse con una mochila que yacía en el piso.

- ¡Taehyung!- De no ser por el fuerte, pero pequeño brazo de su amigo, su caída habría impactado una de las butacas, más el resto de su cuerpo se había golpeado en el suelo, sintiendo todo dolerle.

- ¡Ay joven Kim!- La docente se palmeó la frente, acercándose al infante, para asegurarse que no se hubiese lastimado demasiado, cosa que gracias a su ángel Jimin, no sucedió, empero claramente no lo salvó de su castigo y mucho menos evitó que dejara de considerar una solución. La cual tristemente no arribó a su mente, causándole un ligero insomnio, por el lapso que su pequeño ser no pudo rindiéndose a Morfeo.

Con el canto de los pajaritos, el Sol volvió a salir, de igual forma que su inquietud, lo único que consolaba al rubio era que esperaba faltará mucho tiempo para que el día esperado llegará; desde temprano su madre fue a avisarle que había llegado el momento de bañarse, luego desayunar para ir a la escuela, cosa que el menor no deseaba, ya que ahí no lo dejaban concentrarse.

- Ve a lavarte los dientes Tae, que vamos tarde-. La progenitora del de sonrisa cuadrada informó, retirando su plato de la mesa.

- No quiero ir mamá-. Taetae se atrevió a soltar con flojera.

- No sé le está preguntando señorito, va y se lava los dientes-. Con un puchero Kim menor asintió, bajando de la silla para volver a su cuarto, demorando un poco más de lo común, alcanzando a oír el llamado apurado de su madre, pese a eso el apiñonado descendió las escaleras saltando al ritmo de una canción que le había enseñado en la escuela- ¡Corre Taehyung!- Cogiendo su mochila y las llaves, la mayor abrió la puerta invitando a su hijo a salir, o casi sacarlo a rastras, llevándolo a otro infernal día de estudios.

Qué la verdad se le complicó al rubio, al momento que la maestra miro a su madre al recogerlo, pidiéndole unos instantes para hablarle del continúo despistamiento del niño, manteniendo en todo momento su vista baja, escuchando un poco de lo que conversaban.

- Gracias por atender señora Kim.

- A usted maestra, con permiso-. Con una reverencia madre e hijo salieron del aula, casi chocando con otra señora, una amiga de madre del chaparrito.

- Hola Jeon, ¿cuánto tiempo?- Escuchando ese tono, Taehyung supo que aquello duraría un rato, suspirando antes de recargarse en la pared.

- ¡Bastante! ¿Y que los hizo seguir aquí? 

EL MEJOR REGALO (Vhope/ Hopev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora