PINK :: NamGi ᵕ̈ ೫˚

ᵕ̈ ೫˚𝕆𝕆𝕆 ᵕ̈ ೫˚

Yoongi era un omega, uno muy tierno y atractivo. Tenía las manitas pequeñas, los ojos de color café y unas cejas bien definidas de color castaño casi rubio, su cabello era rosa natural, pero no un rosa chillón más bien un rosa suave. 

Ya que al venir de una familia de omegas puros su ADN era muy diferente al de los demás omegas. Por eso mismo, su aroma era uno de los más dulces y atractivos, era como fresa combinado con miel. Muchos decían que la reproducción entre omegas era imposible, pero Yoongi era un claro ejemplo de que eso no era cierto. Sus padres tanto como sus abuelos eran omegas, y como su abuelo Jung Hyun-Ki le había contado, también lo eran sus bisabuelos y sus tatarabuelos.

Vivía en Daegu, un pequeño pueblo de Corea del Sur. Su ciudad se caracterizó siempre por sus playas montañosas. El clima siempre fue agradable, en el verano no hacia demasiado calor y en el invierno el frío era aceptable. Yoongi algunas veces solía ir a la playa, una la cual siempre se encontraba desierta, ya que la presencia de personas para él, nunca fue muy agradable.

Él era un omega muy codiciado, tanto por alfas como por betas e incluso un par de omegas se le habían declarado. Ir a la escuela se le empezó a hacer muy difícil, no solo por los admiradores que tenía, si no por las múltiples palabras de mal gusto que le daban los alfas cada vez que pasaba cerca. 

Palabras que con el tiempo se volvieron agarrones de trasero y comentarios morbosos.

Para evitar malos comentarios, Yoongi empezó a usar neutralizador y ropa unas tallas más grandes, pero, aun así, había gente que lo molestaba. Más de una vez les había respondido a esos alfas imbéciles, como solía llamarles él e incluso había llegado a pelear físicamente con betas. 

Podría ser lindo, pero no por eso menos peligroso. Tenía todos sus sentidos más agudizados que los demás, era ágil, rápido, ligero y muy bueno para escabullirse. Era un perfecto mentiroso y demasiado experto en salirse de líos como también para meterse en ellos.

Con el tiempo, fue cada vez odiando más el Instituto. Ese lugar que cuando pequeño le había encantado tanto, ahora era el mismísimo infierno con demonios y todo. Pero aun así no se rindió, su meta era lograr quedar en una de las mejores universidades e incluso quizás hasta ganar una beca para la Universidad de Seúl. Sus clasificaciones eran casi perfectas y tenía varios talentos; se le daba bien el arte, la pintura; además, él era maravilloso bailando.

Y como todo trabajo tiene su recompensa, Yoongi recibió muchas propuestas. Universidades le daban a escoger la carrera que quisiera, además que pagaban todos sus gastos. 

Y así como soñó, recibió una propuesta de Seúl. Por fin el sueño de ser arquitecto, para Yoongi, se haría realidad. 

Sus padres muy tristes, pero a la vez alegres le dejaron perseguir sus sueños, le regalaron un pequeño departamento cerca de su universidad y lo trasladaron con mucho cariño. El departamento era pequeño, pero no asfixiante.

Su amiga Krystal, una beta fuerte que probablemente más adelante sería alfa, esta se fue a vivir junto a él, ella sin duda, fue una de sus pocas amigas verdaderas. 

Se conocieron en el jardín de niños, Yoongi estaba llorando porque un alfa le había dicho "gordo". Ya que en ese tiempo Yoongi era un omega que comía muchos dulces sin importarle el ganar peso. Krystal lo había defendido gritándole al niño que él era un feo y débil alfa. Luego de eso ambos se habían hecho inseparables, y como Krystal también había sido aceptada en la universidad de Seúl, aprovecharon el momento para irse a vivir juntos.