Extra

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Ambos seguían besándose en la cocina, las manos inquietas de Guillermo iban desde la espalda hasta el trasero, mientras que las de Leo acariciaban la cabellera rizada. Siguieron así por un tiempo hasta que el mexicano decidió cargar a Messi y llevárselo para su habitación, una vez dentro lo recostó con cuidado y siguió besándolo, pero esta vez con más pasión mientras sus manos se colaron por debajo de la playera, acaricio su abdomen y pezones, estas acciones provocaban leves jadeos en Messi, el cual también se animó y paso sus manos por los fuertes brazos de Guillermo.

Siguieron dándose caricias por un rato más, hasta que Ochoa se separó para quitarse su ropa mientras Messi lo veía embelesado, era obvio que le encantaba lo que veía, sobre todo los pectorales y brazos de Memo, quedó solo en bóxer y aprovecho para desnudar a Leo por completo.

Ahora sí, de esta no te salvas —sentencio de forma juguetona Ochoa

Leo solo se mordió el labio, listo para lo que se viniese, Memo empezó un recorrido de besos húmedos desde sus labios hasta su abdomen, haciendo que el argentino se empezará a desesperar por lo lento y calmado que estaba siendo.

Dale Guille, deja de hacerte boludo y hazlo de una vez —Leo ya estaba bastante ansioso por el momento, lo cual era compresible, pues llevaban meses sin hacerlo.

Shh, estoy disfrutándote cómo me gusta, no seas tan desesperado —Ante la respuesta, Messi solo hizo un puchero, el cual provocó una risita en Memo. La verdad solo lo estaba haciendo sufrir, pues él estaba igual o incluso más ansioso por el momento —Está bien, tú ganas, pero luego no te quejes de que te duele el trasero por mi culpa.

Eso es lo que menos me importa en este momento.

Messi aprovechó que Guillermo estaba distraído para cambiar de posición, ahora él tenía el control y claramente no lo iba a desaprovechar. Estaba sentado sobre la pelvis de Ochoa donde perfectamente podía sentir su erección, empezó a mover su trasero provocando que su novio soltara gemidos roncos, los cuales solo lo animaban a qué continuará con su labor. De un momento a otro Leo se deshizo del bóxer ajeno para ahora sí dar paso a lo anhelado por ambos, tomó entre sus manos el miembro grande y duro de Guillermo para empezar a masturbarlo, sintió que ya lo había hecho sufrir lo suficiente y se alzó para poder alinearlo y empezar a introducirlo en su interior.

Para este punto lo único que se podía escuchar en la habitación eran las respiraciones agitadas, los jadeos y gemidos de ambos jugadores. Messi daba pequeños saltos mientras Guillermo lo sostenía de su cintura y lo embestía para llegar más profundo, le encantaba ver cómo su miembro desaparecía en el interior del argentino.

—¡A-ah Guille!, dale más rápido— el nombrado decidió parar para cambiar de posición, ahora tenía a Lionel en cuatro e iba a cumplir con lo exigido por su novio.

De una solo estocada entro en Leo provocando que el otro arqueara su espalda y soltara un gemido bastante sonoro, empezó a embestirlo con más fuerza y rapidez, logrando como resultado el clásico sonido de aplausos.

—¡Ah, a-ahí, dale! —Ochoa había encontrado la próstata, ese punto que hacía que Messi perdiera la poca cordura que le quedaba. 

—¿Aquí?, ¿Quieres que te dé más duro?— dijo Guillermo en tono divertido mientras salía por completo para luego introducirse de un solo golpe y tocar ese delicioso lugar.

Sí, a-ah... Ahí dale, se siente tan bi-bien.

Memo continuó embistiéndolo hasta que se dio cuenta de que Messi ya no iba a aguantar más, cambio de posición para dejar a Leo recostado en la cama, pues no quería perderse las expresiones de su novio cuando se viniera. Volvió a introducirse en el interior del menor y se acercó a su rostro para poder besarlo, las piernas del argentino rodeaban el torso de Memo para sentirlo lo más adentro que pudiera. Guillermo empezó a moverse más rápido y Lionel no pudo aguantar más, había tenido su orgasmo acompañado de un gemido bastante ronco por la excitación, esto hizo que su interior se apretara provocando que Guillermo se corriera en su interior mientras soltaba jadeos y gemidos, dio unas cuantas embestidas más y salió con cuidado del menor al cual había llenado por completo. 

Inseguridades ~Mechoa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora