Hace años en Mallorca vivía una chica llamada Sara, ella nunca había tenido un accidente ni se había puesto enferma, por esa razón todos sus amigos la llamaban bruja.
Un día decidió mudarse porque ya estaba cansada de siempre salir perdiendo, así que, ojeando un folleto de unos pisos, vio uno en Barcelona que le encanto i decidió mudarse ahí.
