Más fuerte que la Amortentia - Harry Potter x Severus Snape - [Harry Potter]

Capítulo Único

 Fue un día común y corriente, pero para Harry, había una cierta perturbación en el espacio que le mantenía atento a cualquier cosa que podría pasar, había sentido eso con anterioridad y todas esas veces su vida estuvo colgando de un hilo. Aunque sabía que no era nada relacionado con "Voldemort" o mejor dicho "Quien no debe ser nombrado", ya que no sentía dolor alguno en su cicatriz, era más como un molesto presentimiento que se manifestaba en su estómago como un retorcijón de tripas.

Después de una intensa sección de entrenamiento de quidditch, caminó hacia la sala de Gryffindor pensando en los deberes que tenía que terminar antes de que Hermione comenzara a decirle que no descuidara sus estudios, lo que el claramente ya sabía, pero no podía evitarlo, ya que aquel deporte le apasionaba a niveles inimaginables, era tal como se lo había dicho su mejor amiga en primer año, definitivamente estaba "en sus venas".

Al llegar a la sala común, y después de haberse dado una ducha, puso atención a la conversación que tenían los gemelos Weasley. Estaban rodeados de todos sus compañeros mientras hablaban a cerca de los nuevos hechizos y grajeas que estaban creando para por fin abrir la tienda de "sortilegios Weasley". Era cierto que ya tenían a varios estudiantes probando cada uno de los caramelos que creaban, desde algunos que causaban dolor de cabeza temporal, vómitos o incluso una fiebre muy alta sin sufrir ningún tipo de dolor. La mayoría de ellos estaban hechos para faltar a clases por enfermedad o incluso para cambiar alguna cosa en su apariencia.

Discutían a cerca sobre un nuevo brebaje que habían creado, o en desarrollo, mejor dicho. Según lo que había escuchado Harry, servía para que la persona que lo bebiese sintiese una enorme necesidad de liberar la "Tensión de su cuerpo" de una manera totalmente íntima.

La mayoría de los estudiantes pensaban que quizás, en algún momento de su vida, podría serles útil, pero ninguno se atrevía a decirlo en voz alta, ya que la vergüenza de saber para que serviría exactamente los cohibía.

Fue entonces cuando Fred se le acercó juguetonamente al chico de lentes, llevándolo a una esquina de la habitación mientras todos posaban sus miradas en George.

- Quizás podría serte útil, podría darte un empujón con esa chica que te gusta, Cho Chang, ¿Verdad? - murmuró en su oído divertido.

Harry se sonrojó, recordando su mentira. - Si, tienes razón, pero no creo que sea correcto.

- De acuerdo, pero por si lo necesitaras y cambiases de opinión, de todas formas, es tuyo. -dijo, entregándole una pequeña bolsita de tela.

- Creo que ya es demasiado tarde, iré a descansar, después de todo, mañana...tengo cosas que hacer. – Finalizó y subió las escaleras sin dejar en claro a lo que se refería, aunque el pelirrojo notó la duda en sus palabras.

Se puso su pijama y se tumbó en la cama, mirado al techo. Cho Chang ¿No? Que gustaba de ella era lo que quienes más cercanos a él sabían, aunque en ese momento, era nada más que una mentira. Bueno, no podía negar que en su momento se sentía fuertemente atraído hacia ella, y que todo había cambiado con el fallecimiento de Cedric Digory, ahora tenía una oportunidad, y pudo haberla aprovechado de no ser por lo que ahora ocurría en su corazón.

Sin darse cuenta, y como si hubiese sido como cosa de magia, nunca mejor dicho, empezó a sentir una gran atracción física hacia su profesor de pociones, el temido Severus Snape, no sabía por qué, repentinamente todas las acciones, la forma en que parecía protegerle desde la oscuridad, primero comenzaron a llamar su atención, y para cuando se dio cuenta, ya estaba suspirando por el igual que una colegiala.

Sabía que probablemente era solo una cosa de la edad, pero simplemente ya no podía dejar de pensar en él, se adueñaba de sus pensamientos día y noche, sobre todo en las últimas, cuando soñaba con él y le veía en todas las facetas imaginables, incluso las inimaginables, donde se le mostraba tímido y abierto a probar algo más íntimo con él, viéndose seductor, llamándole e incitándole a que lo probara.