Hræsverg y Avalerion

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Mirar como las almas crean millones de historias diferentes es mi pasamiento, es aquel momento donde veo inteligencia, amor, vileza, y más, mucho más. Desde hace mucho tiempo pude apreciar muchas crónicas, algunas personas con tanta bondad que me daba pesar de lo que les esperaba, pero vi personas tan malvadas que estaba esperando que iba a hacer el karma con ellos; luego de mucho tiempo quede marcada por historias, vivencias que iban desde el principio de la vida hasta el día actual, historias que le podría contar a los niños.

En esta ocasión te contaré a ti, amado lector, una historia que me encanta, que me dejó fascinada desde el primer momento, que amé sus enredos y como lucharon ante todo, se aceptaron y enamoraron de las imperfecciones del otro, ellos enseñan que sin importar que debes amar con el corazón, vale más la marcha que el final.

El Avalerion, un día como cualquier otro, fue al prado a cuidar sus flores, iba para admirar cuanto habían crecido y cuan hermosas estaban, en un momento vio que en el límite del jardín, un límite bien conocido por Avalerion, había una sombra y a sus pies flores marchista como si cuál sequía les hubiera arrebatado la vida, reconoció la sombra apenas la vio, era Hræsvelgr, su Hræsvelgr.

Ahí estaba el Hræsvelgr, preguntándose cuando se cansaría el Avalerion de que llegara en verano, sin avisar, acercándose poco a poco cada día, marchitando las flores a su paso, un poco más decidido cada día, rompiendo las reglas, solo para llegar donde su amada, le encantaba estar junto a ella día y noche, cada semana, de cada mes, de cada año para el resto de su vida, pero míralo ahí, esperando el día donde todo se vuelva un caos en el hogar de los grandes y romper las reglas.

Inesperadamente, el Avalerion no espero que llegará ese día, esta vez tomó la iniciativa, se lanzó a los brazos de su amado, sin temor a los grandes, sin temor porque ya estaba en los brazos de su amado, "volviste, simplemente lo hiciste", se oía por todo el mundo, esas simples palabras pronunciadas por el Avalerion, ansiosa y desesperadas de la compañía del Hræsvelgr, cansada de esperar todo un año, para volverle a ver, mientras el Avalerion expresaba su euforia de verle de nuevo, El Hræsvelgr no podía evitar pensar en como decirle que le ocultaba algo, que el Avalerion debía elegir entre la paz de vivir sin él o entrar al caos con él, él quería disfrutar de estos últimos días antes de ser repudiado por la única persona que amaba.

  Luego de esa tarde, luego de palabras y caricias, le dijo que fueran a casa, que fuera a descansar, que le aseguraba que no iba a desaparecer, el Hræsvelgr ansioso sin saber que hacer, fue donde Ikun y dijo: " Antes no sabía lo que quería, no me importaba nada, perdí tanto y gané poco, pero ella llegó, simplemente llegó a mi infierno donde todo carecía de vida y calor, diciendo que era un hermoso y fantástico lugar, pese a eso cambiándolo sin querer, llenándolo de rosas moradas, ella me tiene, tengo un maldito problema con ella, me llena de miedo amarla, soy un amante raro, lo sé, pero está impregnado en mí amarle".

Otro día, al otro día se vieron antes de tiempo, todo estaba cambiando, el Avalerion, cansado, se había escabullido por el bosque hasta el Inframundo del Hræsvelgr, llego en la madrugada despertándolo, el Hræsvelgr estaba desesperado aquella noche mientras luchaba contra sus demonios, el Avalerion se quedó dormido en los brazos de su amado, pero había llegado cuando estaba débil, el Hræsvelgr dejó las lágrimas correr, preocupado porque era el Dios de la perdida y sentía que el Avalerion lo veía sin observarlo, sin saber que el Valerio le había dicho a kora un día, sin conocer nada, las siguientes palabras: " Él con sus manos y besos recorre toda mi alma, me tiene a las 3 a.m. y a las 2 p.m. rogando por su compañía, yo conozco cada parte de su cuerpo, cada emoción, conozco hasta cuando cree que miento, yo más que nadie conozco que esté mundo es de él, pero él no lo nota, ni la muerte me va a parar de estar junto a él, ni cuando el Ónix me grita que soy un monstruo, a pesar de que le doy la razón".

Pasaron los días, poniéndose el ambiente cada vez más tenso en los infiernos, llegó el Ónix a tratar de que el Hræsvelgr no luche por el Avalerion, pero se negó y gritó, al mismo tiempo, a la misma hora llego el sol jurándole vida y amor eterno al Avalerion, el sol tocó al Avalerion, pero el Avalerion se apartó, diciéndole que ella era de los caídos.

Llego el día, pero no fue como el Hræsvelgr imaginaba, me acuerdo tanto de ese momento, como el Avalerion tenía lágrimas en sus ojos y le gritaba "¡¡MÁTAME!!", y esté le gritaba devuelta "¡¡NO PUEDO!! ¡¡NO QUIERO!!, Él Hræsvelgr no se imaginaba una vida sin su amada, una vida sabiendo que no la pudo hacer feliz, pero ella ya estaba muerta, porque un alma no se arregla, solo ella podía arreglarla y ella estaba cansada de intentarlo, El Ónix empujó al Hræsvelgr generando que él lanzara al Avalerion al abismo, viendo como se caía, como sus lágrimas flotaban por el aire en menos de un microsegundo el Hræsvelgr se lanzó porque iba a morir con su amada, en el mismo lugar que ella, abrazándola.

FIN

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