Capítulo 16

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Lo estuvo planeando durante toda la semana, en cuanto vio el cartel en el centro comercial. Preguntó a sus amigas si irían con ella, pero éstas le respondieron con una negativa, no por falta de ganas sino porque sería por la noche, y aquellos barrios no eran buenos para jóvenes adolescentes. Pero Sana tenía tantas ganas de ir que estaría allí, aunque fuera sola. Su padre, como siempre estaba fuera, y solo tenía que esquivar al tonto de su hermano.

Le había pedido ropa a Valerie, ella tenía prendas más adecuadas para un concierto de rock, Sana solo tenía ropa de colores alegres y desde luego nada sexys. Habían estado toda la tarde probando modelos, y finalmente se decidió por una falda de tutú negra, una camiseta blanca, unas converses negras y medias de redecilla que Valerie se encargó de rajar para que su look quedara aún más rockero. En su casa ya, Sana se vistió después de cenar. Se puso la falda bajo un vaquero para que su hermano no sospechara por sus pintas. Cogió una mochila para después guardar el pantalón. También metió dinero, su móvil, sus llaves para entrar sigilosamente en casa de nuevo, y un carné de la hermana de su amiga Alice, que tenía el pelo algo más oscuro, pero tampoco eran tan distintas. Por si acaso Sana se estudió al dedillo aquel carné. Se pintó los ojos de negro y se echó brillo en los labios. Bajó rápidamente las escaleras para no cruzarse con su hermano, pero se encontró con él en el salón. Estaba viendo un partido, eso alegró a Sana, estaría tan embobado con la televisión que no se fijaría en ella. Pasó veloz y con la cabeza baja para que no la viera maquillada.

—¡Me voy a casa de Valerie a estudiar, luego me traerá su padre, adiós! —dijo Sana apresurándose hacia la puerta.

—¡Espera! —le gritó Jimin. Sana se paró y le maldijo en silencio, parecía que hoy sería el único día que sería un hermano responsable—. ¿A estas horas?

—Sí, es que es una nueva técnica de estudio. Estudiar día, tarde y noche —dijo poniendo una sonrisa adorable.

—¿Se lo has dicho a papá? —preguntó con una mirada llena de sospecha.

—Claro, no te preocupes —le respondió casi sin girarse.

—No, si a mí me da igual —dijo Jimin volviendo a mirar el partido—. Es solo que no quiero cargármela por tu culpa.

—Vale, pues hasta luego —se despidió Sana sin oír la contestación de Jimin por lo veloz que salió por la puerta.

No llevaba dinero suficiente para coger un taxi de ida y otro de vuelta, así que para ir cogió el autobús. Se quitó el pantalón al llegar a la parada, y se sentó a esperar. Estuvo sola hasta que se le unió una mujer algo demacrada y extraña, que la sonreía con una sonrisa desecha. No paraba de pensar; "que venga ya el autobús, que venga ya el autobús". Diez minutos después su sueño se cumplió. Se subió aprisa y se sentó cerca del conductor. La compañía del autobús era de todo menos agradable, al fondo había un viejo que no paraba de mirarla. Más le valía a Jungkook fijarse en ella, si no ya no sabía que más locuras tendría que hacer. El viaje se le hizo más largo de lo que en realidad fue, el local donde tocaba Jungkook se encontraba en el centro, donde los jóvenes adultos salían a disfrutar de la noche. El Black Hole estaba en una calle concurrida, llena de gente con vestimenta parecida a la suya, solo que ellos la vestían por distinta razón que ella. Compró una entrada en la taquilla, le costó ocho dólares. Tocaban dos grupos más aparte de los Wastes. Se colocó en la cola del local, donde al otro lado se encontraba un portero fornido que pedía la identificación a cada uno de los miembros de la cola. Otro problema se le sumaba, había traído el carné por si acaso, Sana no sabía que lo pedirían sí o sí. Los tipos de delante a Sana le parecían de lo más pintorescos, no imaginaba que el público de Jungkook fuera así, al fin y al cabo él era rockero pero con un look totalmente distinto al de esta gente. Los amigos de Jungkook eran algo más parecidos a ellos. Yoongi tenía en la oreja y en la nariz varias perforaciones, y Namjoon cambiaba de color de pelo como ella de camiseta. Por no hablar de los tatuajes que les cubrían el cuerpo. Y Yugyeom... Yugyeom era un caso aparte para Sana. La aproximación al portero la sacó de sus pensamientos. Puso la mejor cara de adulta que pudo, se estiró y se colocó recta para parecer lo más alta posible. Tenía el corazón a cien por hora. Si no la dejaban pasar, ¿qué haría?, pensaba Sana llena de preocupación. Había hecho todo aquel plan para echarlo a perder por aquel gordo imbécil. El portero agarró su carné y su entrada, miró la fecha y le hizo un gesto con la cabeza para que pasara. Sana cogió el carné y respiró hondo. "¿Tanto rollo para esto?", pensaba aliviada. El local era un lugar oscuro, con una gran barra a la derecha, sillones a la izquierda y enfrente un gran escenario. Estaba abarrotado de gente que se pegaba lo máximo al escenario. Ella no iba a ser de menos, y se apresuró a adentrarse en aquel bullicio para estar lo más cerca posible del escenario. Tenía que hacer que Jungkook se fijara en ella. La reconocería de verla por el instituto y se le acercaría a hablar, y quizás la subiera al escenario, o al menos esa era su fantasía. Solo esperaba que no la recordara únicamente por ser la hermana de Jimin, entonces la odiaría. La gente no paraba de empujarla. Aquella gente sería dura pero ella por amor también, pensaba para sí animándose para acercarse más. Después de largas luchas a empujones, saltos, golpes y salpicaduras de cerveza, llegó a estar casi al lado del escenario. La música de los otros grupos no le había gustado nada, únicamente gritaban y agitaban sus guitarras. El cantante del primer grupo era un melenas rubio que no dejaba de mover la cabeza, era como visualizar una y otra vez un anuncio de champú, solo que con un montón de paja en vez de pelo. Los segundos eran algo mejores, tenían un look más emo, le recordaban al grupo Tokyo Hotel. Definitivamente, estaba enamorada, aquello no lo hubiera aguantado por nada. Salió el que debía ser el dueño, que subía al escenario para presentar a los grupos que iban a salir. Ya solo quedaban ellos. A Sana le entró una alegría tremenda y cuando escuchó gritar el nombre del grupo a aquel tipo, comenzó a gritar como loca. Parecía una verdadera groupie.

enemies to lovers [Jm + Jk] EDITANDO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora