La piel de Yoongi es especialmente suave y bajo las caricias de su mano se siente fría mientras se sacude de vez en cuando en escalofríos placenteros o se retuerce en cosquillas.
La mano de Taehyung viaja en todo su pecho, respetando los límites no dichos pero establecidos en el raciocinio humano, vagan lentamente por su estómago, sintiendo la notoria delgadez, se detiene hasta el dobladillo del pijama y vuelve a subir. Esta vez haciendo círculos alrededor del ombligo, tan lenta y cariñosamente que la piel de Yoongi se pone chinita.
Acostados en la cama, Yoongi desparramado en toda ella, con el pelo revuelto y una pequeña sonrisa en sus labios. Taehyung a su lado, recostando la cabeza en el hombro contrario, recostado de lado con una pierna sobre las de Yoongi, su mano acariciando su pecho y cuando Yoongi se retuerce más, besándole el pálido hombro que deja ver la camisa sin mangas.
No es mañana cálida, pero tampoco fría, simplemente perfecta para despertar con las caricias de tu amante.
La mano derecha de Yoongi acaricia el cabello ruloso y desastroso al despertar de Taehyung, tomando mechones y alisándolos entre sus delicados dedos. Enrollándolos en ellos y luego soltándolos, para subir su mano hasta la frente de Taehyung para acariciar desde ahí, disfrutando del rostro relajado de él y luego suspirar por las caricias que se le otorgan.
Es una mañana simplemente perfecta.
Y ambos deciden aprovecharla, recostados juntos, descansando su mente con el aroma a tierra mojada que entra desde la ventana abierta de la sala y el ruido de la lluvia golpeando suave pero constante los vidrios.
Taehyung acaricia la cintura contraria unos momentos, dibujando formas que pintaría en su piel, escribiendo palabras invisibles que solo Yoongi entendería, sintiendo el como la piel de Yoongi se va poniendo más cálida poco a poco, como relaja su respiración y se vuelve a quedar dormido. Taehyung se da una libertad culposa de acariciar un poco más arriba, ahí donde la piel se siente arrugada en dos lines, ahí donde Yoongi es especialmente sensible.
Yoongi suspira completamente relajado entre sueños. Taehyung deja de acariciar y esta vez lo abraza, su gran mano en la cintura contraria, amoldándose ahí donde pertenece, su cabeza entre el hombro y cuello de Yoongi, respirando su olor a lavanda y dejando un casto beso, su pierna sobre las de el otro, enrollándose un poco en los muslos, usando a Yoongi como una almohada personal.
Y Taehyung vuelve a cerrar los ojos, sintiéndose en paz después de días de angustia, sereno. Calmado, tranquilo.
Feliz de tener un despertar más al lado de Yoongi.
