Pat se centraba parillando carne. Había una mesa de roble blanquecino, con un mantel de cuadritos rojizos mezclados con blanco. Daba vuelta cada tanto la carne, y agregaba riñones, y otras carnes.
Luego de que estás comidas se calentaran y estén listas, Pat las llevo en una bandeja, dejándola en el centro de la mesa. Su familia lo felicitó por aquel hermoso almuerzo. Se escucharón los rechinidos de los cuchillos y tenedores, que dejaban la carne en el plato. Aveces se escuchaban búfidos de los pequeños que se quemaban la boca, y luego tomaban agua fresca, algo que los relajaba. Pat inició una charla con su familia, y sintió que alguien lo miraba. Se dio la vuelta, y le pareció ver unas orejas azuladas. Se apretó las piernas, y fue adelante de los arbustos.
—¡Eh, Bandit!~—
Lo llamó, con un leve gemido para que llamará su atención.
Bandit se giró, y miró a Pat.
—Oh, hola...—
Murmuró tímidamente, mirándolo. Tenía su típico olor extravagante. Y se acercó a él. Pat movió su cola, y le dió un piquito en la boca.
—Tú también lo podrías hacer con ganas.—
Pat se Río le acarió la mejilla. —¡Ven a almorzar con nuestra familia!— Ladrón alegre, mientras bandit entraba a su hogar, sentándose en la mesa. Bandit saludo tímidamente a la familia.—¿Lo invitó a almorzar?—
Gruñó una Golden con una cicatriz en el ojo.
—Ugh, sí. Siempre se la pasa con él, creo que esto ni siquiera es un amor.—
Le susurró bien al oído, haciendo una mueca de asco, cuando Pat la miró, ella solamente giró la cabeza indignada.
—Pues enséñale, engañalo con otro.—
—O quizá con otra.—Sugirió su hermana, señalando con el pulgar la casa de Bandit.
—No lo sé.—
Respondió titubeante.
Luego de un excelente almuerzo, Bandit se levantó, pat lo acompañó hasta la cerca, pero antes de que se vaya, lo besó en la boca, agarrandolo con la espalda.
—Besas tan bien, caramelito mio.—
Dijo mientras se calentaba de a poco. Y luego se retiró. Eso podía terminar peor si se quedaba.
Se hacía de a poco de noche. Bandit y Pat habían planeado encontrarse en 3l patio de bandit Sentados en sillas de playa. Mientras contemplaban el anochecer. Ambos se tocaron las manos, pero Pat fue un poco más...Agresivo. Un poco más tarde, él estaba encima de Bandit, mientras se dejaba algunos mordiscos alrededor del cuello de el azul.
—¡Oh, basta, Pat!—
Gruñó algo enojado.
—S-Sabes muy bien que tengo esposa.
Se sacó al golden de encima, y lo fulminó con la mirada.
—Hazlo con tu esposa, nos vemos en otro día.— Puso las manos como puños, y se retiró a su hogar. Si le preguntaban qué le había pasado, les diría que lo habían picado miles de mosquitos.
Pat se quedó mirando la figura de Bandit que entraba al hogar, soltó un leve suspiró. ¿Qué estaba haciendo él en ese preciso momento? ¡Él mismo sabía que Bandit tenía esposa! Rompió un poco el césped, y volvió a su hogar.[fin de el cap 1]