Comenzaba un día soleado en la vivienda. Bandit estaba jugando con sus hijas a atraparse entre sí.
—¡Ven aquí Bluey!—
Masculló Bandit en el suelo, mientras Bingo le daba pequeños mordiscones en la pierna simulando ser una cabra.
—¡No papi!—
Burló Bluey, y Bingo se fue de la pierna, acompañando a su hermana. Ambas le sacaron la lengua a su padre, y luego se volvieron a casa.
—Qué tontitas...—
Se pasó la mano por la cabeza, y se levantó. Pat estaba por allí, recortando algunos arbustos.
—¡Eh, Bandit!—
Llamó Pat, que seguía concentrado en seguir cortando el arbusto.
—¿Sí?—
Dijo desconcertado Bandit, que miraba el cielo detenidamente.
—Perdón por lo de ayer...Yo no planeaba hacer eso. ¿Sí?—
Dijo Pat algo entristecido, a Bandit no le importó mucho, y se fue a su hogar.
<<Qué le estará pasando...>>
Preguntó Pat en su mente, y bajo un poco las orejas. Bandit entró al hogar, y acarició a su familia, a Chilli le dió un suave beso en la mejilla, y se sentó en la mesa para comenzar a almorzar. Pat miró desde la ventana, con un cuchillo algo pequeño. Necesitaba matar a esa familia, sólo quería estár con Bandit. Ellos dos juntos, solos, sin que nada los pare ni los impida. Pat pateó el cesped, y se devolvió a su hogar.
Era de noche, la familia estaba dormida. La puerta de la casa de Bandit estaba algo abierta, y Pat entró con un cuchillo. Mataría a su esposa.
Entró al hogar, dando pequeños pasos, mientras subía a la habitación de Bandit. Abrió la puerta, y vió a Chilli. Bandit no estaba.
—Oh linda...Si supieras donde estaras ahora.—
Rió en silenció, y clavó el cuchillo en el cuerpo de Chilli, pero justo se abrió la puerta del baño, haciendo que Chilli se despierte, y Bandit entre furioso al cuarto.
—PAT!—
Gritó enojado, y le pego un golpe, dejándolo en una esquina.
—Yo te amo...Ban..—
No compleó la frase,e había pegado una pateada en la boca. Su nariz y su boca sangraban, Pat se retiró entre sollozos, dejando el cuchillo encajado en la mesa de madera.
—Me vengare de él...—
Gruñó Bandit, y devolvió la mirada a su esposa, tocándole la mejilla.
—¿Te ha hecho algo? ¿Te hirió?—
Preguntó tristemente, abrazándola.
—No por suerte, cariño.—
Sonrió Chilli, dándole un merecido beso en la boca, luego, se volvieron a acostar, pero, Bandit no podía dormir tranquilamente. Se daba la vuelta y pensaba en Pat, cerraba los ojos y veía una visión de Pat asesinando a su esposa. Tenían que mudarse de casa sí o sí.