Si fuéramos canciones

Do I Wanna Know? -Artic Monkeys

Esta canción se conecta con la historia anterior.

Narrado desde la perspectiva del chico.

Joder.

Lo había intentado.

Durante un año, lo había intentado.

Había intentado huir de ella. Había intentado no volver a hablarle. Había intentado no verla.

Pero aquí estaba ella.

Al frente de mi puerta.

A las 10 de la noche.

—Hola —murmuró. Sus labios se entreabrieron un poco, queriendo decir algo más—. Yo...

Aguardé. Sus manos temblorosas formaron un puño y alzó la cabeza. Su mirada se cruzó con la mía, y supe en ese momento a qué venía.

—Lo he dejado.

El alivio se abrió paso en mi interior y relajé los hombros. Lo había dejado. Había dejado a ese chico. Por fin. No debería sentirme feliz, pero no podía dejar de sonreír. Me apoyé contra el marco de la puerta.

—¿Lo has dejado, eh?

No pretendía sonar tan burlón, pero una parte de mí no quería que notara cuánto me había dolido que se fuera. Aun cuando había sido mi culpa.

—Olvídalo —frunció el ceño y sus ojos echaban chispas—. No te debí haber dicho nada. Es más, no sé por qué vine... —dio media vuelta, pero yo fui más rápido y la abracé por detrás.

No dejaría que se fuera. No de nuevo.

—Lo siento —murmuré.

—No, no lo sientes —su voz todavía denotaba enfado, pero podía notar un poco de diversión en sus palabras.

Reí un poco contra sus mejillas.

—Tienes razón, no lo hago. Y tú sí sabes por qué viniste aquí.

Se giró y apoyó su cabeza contra mi pecho.

—Te extrañé —susurró—. Siento haber sido una idiota. Yo...

No dejaría que se sintiera culpable. Ella no debería haber pasado por nada de eso. No era su culpa. No tenía que sentirse responsable por no haber podido estar siempre a su lado.

El único idiota era yo.

—Tú no eres responsable de nada —tomé su rostro entre mis manos y nuestras frentes se tocaron. Sus ojos reflejaban un dolor intenso, y no quería que sufriera. No por mi culpa—. Yo jodí todo esto. Eras lo más real que había tenido nunca, y dejé que te deslizaras entre mis manos. No pude sostenerte, porque ni siquiera podía sostenerme a mí mismo. Y lo siento. Joder. Lo siento tanto...

Las palabras se atoraron en mi garganta.

Necesitaba que supiera cuánto la había extrañado, cuánto había extrañado su risa, su olor a lavanda y menta, sus labios sabor a fresa y su piel contra la mía.

Así que la besé.

No fue un beso como cualquier otro. Estaba cargado de emociones. Deseo, necesidad, amor.  

Y sabía que ese sentimiento fluía de ambos lados.  

Era una conexión que sabría que no podría tener con nadie más, y sólo quería más y más. La quería a ella. Quería que supiera que todavía me tenía, que todavía le pertenecía, que yo era suyo y que nada ni nadie cambiaría eso.

Y este era el momento perfecto. Al fin y al cabo, las noches estaban hechas principalmente para decir las cosas que no podemos decir el día de mañana. 

El fuego se avivó entre nosotros, y entramos a la casa con urgencia y desesperación.

Sus manos temblorosas desabotonaron mi camisa, y pude notar que algunos botones cobraron vida propia y cayeron al suelo. Mi torso quedó desnudo y expuesto para ella, y su boca no tardó en depositar pequeños besos alrededor de mis cicatrices y lunares al mismo tiempo que sus manos jugaban con mi cabello.

Joder.

La agarré por los muslos y sus piernas se envolvieron alrededor de mis caderas. Me moví contra ella y gimió. Ese sonido...

—No me importa cuándo, ni cómo, ni dónde. Pero quiero ser tuyo —mis manos acariciaron su cintura—. Siempre voy a querer ser tuyo. Estoy demasiado ocupado siendo tuyo para enamorarme de alguien más.

Y me arrastré nuevamente hacia ella.

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N.A: ¡Ay! Me encantó escribir esta historia:'). Imaginarme al chico esperando por la chica lo encontré demasiado tierno<3. 

¡Mañana subiré la canción que me falta! :)

Y si gustan, ¡recuerden que pueden recomendarme canciones para crear historias por los comentarios!

Nos leemos mañana y el próximo Domingo. :D