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En un reino bastante poderoso, cada específico año se hacía unión de los herederos del trono real de las dos regiones más importantes del reino, desde niños los hacían pasar su mayor parte del tiempo juntos para que sepan por lo menos con quién estarían atados, si o si se necesitaba que los herederos fueran Alfa y Omega, para hacer crecer el reinado y el árbol genealógico, generalmente algunos reinados solo tenían hijos para tener más poder y seguir gobernando, manipulando o convirtiendo a sus hijos, nietos, en ellos mismos, gracias a los dioses de Karmaland, aquí no era el caso, sin embargo, No les importaba si los herederos se llevarán bien o mal o si siquiera hubiera amor, lo importante era prepararlos para gobernar, Solo eso, mantener el reino estable, pero los alfas únicamente tomaban los títulos de reyes mientras que los omegas el título de reinas, tenían que unirlos, aunque ni siquiera haya respeto o amor hacia el otro, o eso era lo que les habían enseñado, a los futuros omegas y alfas gobernantes se les tenía un cierto nivel muy estricto y específico para cuando crezcan.
Auron Raúl genes, de la Familia Álvarez y Luzuriaga Borja, de la familia Vázquez
Eran los herederos de sus respectivas Familias que en su unión, estarían en paz, desde niños los mandaron a pasar tiempo juntos y organizarse, digamos que uno de los niños no estaba del todo conforme con este tema, pero no podía hacer nada, de igual forma no era obligatorio amar, y su padre le había dicho y explicado que existían los amantes reales.
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Se escuchaban pasos por ese gran pasillo del palacio real, pasos y personas hablando, exactamente tres, mientras se dirigían hasta el cuarto de la Reyna.
―¡Es que de verdad no lo puedo creer!―
Exclamó enfadado un chico de cabello blanco y negro mientras soltaba quejas y lamentos.
―Cálmate Axozer, No creo que sea nada.―
Respondió otro chico, está vez castaño con lentes, aunque intentará calmar a su acompañante él también estaba un poco intranquilo.
―¡Pero!―
Protestó una vez más, siendo interrumpido por Auron está vez.
―Por favor, Juan tiene razón, Luzu solo fue amable con ese Muchacho, no hay que hacer drama.―
Dijo Tranquilo el mayor, mientras seguía caminando.
―Además no conocemos al pobre muchacho.― Hablo por último el de lentes.
―De igual forma a mí me da mala espina.―
Ahí quedó esa conversación por el momento sobre ese chico. La verdad a Auron no le importaba en lo absoluto que su Marido fuera tan considerado con otros, era costumbre, además ese muchacho seguramente se convertiría en un guardia con entrenamiento o un mucamo, hasta quizás una dama de compañía. No iba a tener más relación con su marido.
Entraron a la habitación, para tranquilizar y olvidar el tema, mientras tomaban el té El castaño mayor pudo notar desde la ventana, a un pequeño patito amarillo corriendo por el jardín trasero, detrás de este había sirvientes tratando de atraparlo. Raro, pero podría ser la mascota de un noble Quizás hidria a preguntar después, le dio curiosidad y risa ese pato.
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Ya era mayormente tarde, ahora estaba cenando junto a su marido, generalmente estos compartían dos comidas a la semana, o algunas veces solo cenaban juntos, por temas de trabajo, o convivencia. A veces, sentía que Luzu ponía excusas para no cenar con él.
―Hoy vi a un pequeño Patito amarillo correr por el jardín trasero, Su majestad ¿Sabe si es mascota de alguien?―
Dijo el castaño mientras soltaba una risa al recordar a ese pato. Sin más el mayor de la habitación lo miro con extrañeza.
―No hay patos amarillos por aquí, no que yo sepa. Quizás Rubén o el vigilante Fargan saben de algo, si te interesa debes preguntarles. ―
Contestó el de ojos rojizos, para seguir comiendo tranquilamente.
Auron se extrañó, estaba seguro que vio a un pequeño pato corriendo por ahí, pero no quería un problema por eso, mejor preguntaría al sir Rubén y después a Fargan. Si ninguno tenía respuestas, averiguara el mismo.
―Entonces, ¿Que paso con ese chico que ayudaste?―
Pregunto curioso, mayormente el empezaba las conversaciones, ya que si no, había un silencio inmenso.
―Quedo bajo mí cuidado. ―
Contestó nuevamente el castaño tranquilamente.
―Como seguramente sabes, estaba casando y me lo encontré, quedó herido por una de las trampas. de alguna manera que no entiendo.. casi le atraviesa el estómago. ―
Contó lo sucedido con total Tranquilidad el rey, mientras el contrario escuchaba atentamente.
―Se quedará aquí hasta que mejore.―
Finalizó el mayor para volver a un total silencio nuevamente.
―Entiendo.―
Fue lo único que dijo Auron para volver a comer. Después de eso, no se volvió a tocar el tema.
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