Julieta
Comencé a ubicar las tazas que estaban sobre la mesa, seguido por los vasos y demás cosas que se encontraban ahí.
Eran las siete de la tarde y el bar en el que estaba trabajando se encontraba lleno, era normal ya que era sábado.
Levanté todo y camine hacia la cocina a dejar todo.
-Juli, mesa 5 quiere que lo atiendas vos... -dijo Daniel, mi compañero de trabajo. Fruncí el entrecejo ya que me parecía realmente extraño que alguien quiera que yo lo atienda.
-¿Quien es?. -pregunte extrañada.
-No lo sé. -se escogió de hombros antes de salir con la bandeja.
Camine hacia la mesa, con miles de incógnitas en mi cabeza.
A lo lejos me di cuenta de quién se trataba, era Mateo, se encontraba sentado, con un buzo y pantalón a juego de color negro, con una cadena plateada que colgaba de su cuello.
Hacia ya mucho tiempo que no lo veía, precisamente, 4 meses, nunca lo cruce aunque vivíamos relativamente cerca y eso lo agradecía mucho.
“—Mejor dejemos esto acá Julieta, ya no le encuentro el sentido a seguir con vos si no me aportas, fue lindo los primeros meses aunque después nada fue como esperábamos.”
Miles de recuerdos vinieron a mi, recordando lo mal que la pasé desde que el se alejo de mi para rehacer la vida con la nada que ver...
Me acerque a la mesa con mi semblante serio y una vez que estuve en frente aclare mi garganta llamando su atención ya que estaba concentrado con su teléfono.
—Julieta... —mi nombre salió de mi boca provocando un escalofrío por todo mi cuerpo.
Embozo una sonrisa y yo tenía ganas de mandarlo a la mierda.
Sonreí falsamente antes de agarrar mi libreta para anotar el pedido.
—Hola... ¿Que vas a querer?.
—Emm, ¿Que me recomiendas?. —pregunto mirando la carta.
Respire profundo tratando de mantener la calma.
—Raticida... —pensé.
—La merienda protehica es mi favorita, es bastante completa, tiene panqueques, fruta, yogurt.
Mire fijo sus ojos marrones y el no despegó su mirada de mi.
¿Qué vino a hacer aquí?. Me parecía muy extraño, faltaría que llegue la pelo duro y se me completa el día.
—Perfecto. —sonrio sin mostrar sus dientes. —eso voy a querer.
—¿Algo más para agregar?. —pregunte, sin ganas, quería saber si vendría ella, para escupirle la merienda.
Es broma... O ¿No?...
Si, es broma.—¿Podemos hablar cuando termine tu turno?. —pregunto apoyando sus codos en la mesa.
¿Acaso había escuchado bien?.
—¡¿Qué?! —pregunte sorprendida.
—Si podemos hablar, tenemos una charla pendiente, y vos lo sabes... —dijo sin despegar su mirada de mi.
Era mi momento para vengarme de absolutamente todo lo mal que me hizo Florencia, creo que si.
—Salgo a las diez. —conteste sintiendo un hormigueo por mi cuerpo.
—Bueno, te paso a buscar y vamos a cenar algo, ¿querés ir a mi casa o voy a la tuya?.
Pensé por un momento si era buena idea, pero estaba tan concentrada en cada detalle de mi venganza que ni siquiera pude pensar con claridad.
—En la tuya, mis viejos están y no quiero que te vean. —dije y sin más nada di media vuelta y me retire.
Si mi vieja se entera que me voy a ver con Mateo, voy a recibir el sermón de mi vida.
Pero bueno, es obvio, no va a querer a la persona que la dejo llorando a su hija por días...
Creo que más de una se va a sentir identificada con esta fic.
Espero que les guste después de mucho tiempo pude volver a sacar algo.
Es una historia corta, con capitulos cortos
💕💖🤍♥️💓💕🥰