Epilogo

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Pov omnisciente

− ¿Así que Castle Combe?

− Castle Combe.

Camila se dejó caer junto a Lauren en el sillón, mientras ella jugaba con Michelle sobre su regazo.

− ¿Estás de acuerdo?

− Pues... sí. Es un lugar lindo.

− Lo adoro. Es tan tierno, y tengo un empleo, y la gente es muy agradable, ¿y sabes cuál es la mejor parte?

− ¿Cuál? - Lauren seguía jugueteando con las manitas de su hija, que estaba sentada en sus piernas frente a ella, babeando.

− No hay mafias aquí - susurró la morena, y Lauren giró la cabeza para arquear una ceja en su dirección.

− Listilla.

− Te amo - con una risita, Camila se inclinó sobre su novia y besó su mejilla antes de ponerse de pie nuevamente y caminar hacia la cocina para terminar de acomodar los restos de la cena de esa noche.

Al pasar frente a Lauren, esta estiró una mano y le pellizcó el trasero, haciéndola pegar un salto y soltar un chillido. Camila la fulminó con la mirada de manera juguetona antes de entrar en la cocina.

− Castle Combe será... - murmuró la ojiverde mientras depositaba a su hija sobre el carro y caminaba hacia donde estaba Camila - ¿Camzi?

− ¿Sí?

− ¿Puedo hacerte una pregunta?

Camila la miró extrañada ante el evidente nerviosismo de la ojiverde, pero no dejó de refregar los platos.

− Claro, Lern.

Lauren inspiró hondo, y comenzó a rebuscar algo en el bolsillo de sus jeans.

− ¿Podrías dejar los platos?

− ¿Qué...?

− Amor, deja eso.

La morena le frunció el ceño, pero obedeció, dejando la vajilla a medio enjabonar y secándose las manos mientras se giraba hacia su novia.

− ¿Qué sucede?

− Bien... Iba a preguntártelo esta noche en algún restaurant, pero... no puedo esperar más.

− ¿Qué, amor?

Camila observó con los ojos como platos cómo Lauren se ponía de rodillas frente a ella, alzando una pequeña caja negra frente a ella.

− Cásate conmigo.

El aire se le atascó en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas.

− ¿Mi amor? - Lauren observó, con un creciente nerviosismo como su novia abría y cerraba la boca sin decir nada - más te vale decir que sí.

Finalmente, la morena soltó una carcajada antes de acercarse a ella para acariciar sus mechones negros.

− Mandona

− Sí, lo soy.

Camila se mordió el labio inferior con fuerza, mientras lentamente se dejaba caer frente a ella, de rodillas también.

− Todavía no me has respondido.

− Estoy disfrutando... creo que nunca te había visto tan nerviosa - murmuró juguetona, pegándose más a ella.

− Eres una mujer malvada.

− Aprendí de la mejor.

Lauren rodó los ojos mientras abría la caja de terciopelo, revelando un anillo precioso.

− Cásate conmigo, mi amor.

Camila sonrió lentamente.

− Sí, si es contigo.

Lauren volvió a respirar profundamente desde que se había decidido a pedirle matrimonio, y colocó ceremonialmente el anillo en el dedo de su ahora prometida. La rodeó con sus brazos, apretando sus nalgas.

− Te amo mi Camzi

− Te amo todavía más mi Lern

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6 años más tarde.

− Camila, ni se te ocurra.

La morena le frunció el ceño a su esposa, pero ignoró la orden y siguió encaminándose a la enorme piscina del jardín.

− Vuelve aquí ahora, maldita sea, podrías resbalarte y partirte el cráneo.

− No me caeré.

− Ese suelo es resbaloso - masculló Lauren, indignada, caminando detrás de su esposa.

− No voy a quedarme allí adentro encerrada cuando tenemos esto en nuestro jardín, tengo calor - protestó, sin disminuir en su marcha.

− Ya te caíste aquí una vez, no seas idiota.

− Eso fue hace tres años, y estaba distraída.

− Pero no estabas embarazada.

− Y justamente porque ahora estoy embarazada estaré más atenta - Camila decidió no discutir cuando el brazo de su esposa rodeo su cintura, ayudándola a bajar los tres escalones que guiaban a su paraíso personal.

− Creo que soy la única estúpida a la que se le ocurre construir una piscina en un lugar en donde sale el sol dos veces al año.

− Sabes que lo hiciste para consentirnos a Michelle y a mí, y te lo agradecemos mucho - respondió la morena, melosa, mientras giraba el rostro para depositar un besito en la mandíbula de Lauren.

Ella bufó.

− ¿Hablaste con Michelle hoy? - preguntó, mientras veía a su testaruda mujer quitarse la enorme remera que llevaba puesta, revelando su vientre de ya siete meses.

− Sí, está feliz de pasar estas vacaciones con sus tíos, pero le he dicho que será sólo una semana. No puedo tenerla lejos de mí tanto tiempo.

Lauren sonrió.

Su testaruda y sobreprotectora mujer. Cuánto la adoraba.

− ¡Camila! - Lauren corrió hacia ella cuando la vio tambalearse levemente en el camino a la piscina, y la tomó de la cintura para estabilizarla.

− Lolo, tranquilízate. A este paso, te llenarás de canas prematuramente, amor.

Lauren bufó.

− Claro, y será culpa tuya.

Camila soltó una carcajada, girándose para besar sus labios brevemente.

− No puedes vivir sin mí - sentenció, antes de girarse y meter ambos pies en el primer escalón de la enorme piscina.

Lauren la vio tantear el agua, y caminar de un lado al otro esperando a acostumbrase a la temperatura, mientras se acariciaba el vientre distraídamente, y se agachaba para quitar las pequeñas hojitas verdes que habían ido a parar allí dentro.

− No, no puedo... - susurró finalmente, antes de seguirla dentro del agua.



Fin

MIA (Adaptacion Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora