Something Unexpected

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El suave aroma de las flores en primavera llenaba el espacio abierto, la ligera brisa y el sol resplandeciendo en el cielo hacía del día fresco, pero no lo suficiente para sentir frío.

Nos estamos ambientando en las entradas de un terreno arbolado, donde la casa de la familia Kim fue construida con el único propósito de tener un bello paisaje a su alrededor; un lugar apacible rodeado de un hermoso jardín, claro, sin contar que en la parte trasera de la vivienda iniciaba el lúgubre y frondoso bosque poco visitado por dos lógicas razones:
     1. Su apariencia tan aterradora.
     2. Aquel ente habitando la entrada del lugar.

No, no se hacía un referencia metafórica, y es que esa escultura de papel adornando el bosque era causante de la inquietud presentada en las personas que decidían ir hacia allí. Para ser más cabales en la descripción del muñeco, eran trozos de papel unidos en lo que aparentaba ser la anatomía de un humano. Con la estatura de ciento setenta centímetros lograba atemorizar a quien osaba atravesarse en su campo de "visión". Tenía dos ojos pintados con marcador negro, aunque el izquierdo fuese de un tono más rojizo y el derecho se extendiese por el rostro como si la tinta se derramara. Carecía de boca y nariz, pero en la parte del pecho donde un ser humano tendría el corazón, se encontraba la forma de éste pintado de manera animada con color rojo. La parte superior de su cabeza era decorada con cabello azabache de dudosa procedencia, y había varias rosas encima simulando un sombrero. Estaba clavado en la tierra cual espantapájaros: con un trozo de madera proporcionándole la firmeza que mantenía. Nadie sabía cómo podía permanecer ahí durante tanto tiempo, tomando en cuenta que el papel se conservaba completamente limpio, era de los misterios más famosos de aquel pueblo.

La mayoría de las veces las personas que veían al muñeco se pasaban derecho, y eso que era poco frecuentado, ya que el lugar ahora era la parte trasera del actual hogar de la familia Kim. Tal vez ése fue el detonante en el pequeño corazoncito del pequeño castaño protagonista para ir hacia la tenebrosa figura frente al bosque y saludarla.

—¡Buenos días, señor de papel! —Saludó eufóricamente. —He notado que siempre lo ignoran, pero yo estoy aquí para alegrarle sus días. —Aplaudió con emoción. —¿Cuál es tu nombre?

Esperó una respuesta que probablemente no llegaría, pero, para sorpresa del niño, el viento incrementó su fuerza, provocando un ligero silbido que hizo imperceptible el susurro que llegó a los oídos del menor.

"Jungkook". —Se escuchó a través de la brisa.

—¡Qué bonito nombre! Soy Kim Taehyung, mucho gusto. —Hizo una reverencia.

"¿Cuántos años tienes, Taehyung?". —Volvió a comunicarse el muñeco junto con el viento.

—Nueve, ¿Y tú? —Devolvió la pregunta, demasiado feliz como para poner toda su atención en la conversación.

"No tengo edad, de hecho, ni siquiera tendría que tener un nombre". —Contestó Jungkook.

Taehyung le dirigió una mirada escéptica, mirando hacia arriba para poder ver los ojos dibujados del muñeco, quien entendió la duda no verbalizada.

"Soy un pedazo de papel solitario que ha cobrado vida por sí solo, digamos que ni siquiera tengo derechos como tú, pero he estado aquí plantado durante siglos, diría que mi edad serían al menos doscientos años". —Explicó, recibiendo un asentimiento de cabeza del más pequeño.

—¿Y cómo has terminado así?

"Simplemente escribieron en mí hace mucho tiempo, me utilizaron y me desecharon, luego me convirtieron en esto".

No dudaron en seguir platicando desde el amanecer hasta el anochecer, desde sus historias de vida hasta sus últimas anécdotas, disfrutando la compañía contraria todos los días seguidos a su primer encuentro.

Paper DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora