I wish that I could wake up with amnesia

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"desearía poder despertar con amnesia"
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—Bill, tenemos que terminar— fue lo que dijo Stan.

Bill se quedó pasmado, no entendía lo que estaba pasando. Él había intentado ser buen novio. Ser buen amigo. Ser una persona amable, estar pendiente, dar lo mejor de sí. Según él, no había hecho algo mal. No sabía qué había hecho mal. No sabía por qué querría Stan terminarle.

Y tal como sí le estuviera leyendo la mente, Stanley le contestó:

— No es culpa tuya, Bill. Tú eres una gran persona, y mereces a alguien así de bueno en tu vida. Pero esa persona no seré yo, lo lamento. Hay alguien más, alguien que me cautivó rápidamente, y creo que él es el indicado. Así que perdóname, Bill, pero hasta acá llegamos—.

Stan salió de la casa de Bill sin mayor despedida, Bill pudo notar lágrimas corriendo por las mejillas de Stan, se notaba que, sí bien, Stan era quien pedía esto, no quería mucho que pasase. Aun así, cuando Bill quiso ir tras él, no pudo moverse. Era como sí se hubiese pegado al piso, no podía mover las piernas. Y cuando por fin lo hizo, y pudo salir a la calle, Stan Uris ya no estaba. Se había esfumado, había desaparecido de su vida tan rápido como había entrado en la misma. Dejando a Bill con un apartamento que lo llenaba de nostalgia, lleno de ropa y objetos que no eran de él, de memorias, de sentimientos. Pero a su vez, dejándolo con un vacío emocional, con un dolor en el corazón, y un hueco en el alma, hueco que antes perteneció a Stan Uris.

Los primeros días, Bill la pasaba muy mal. Todo le recordaba a Stan, todo le dolía. No se podía ni parar de la cama, porque ahí estaba el fantasma de Stan, y todo lo que llegó a sentir por él. Tras un mes de lamento interno, Bill decidió que era tiempo de empezar a dejarlo ir. Había estado ausente de sí mismo. Y era tiempo de (intentar) recuperar al Bill Denbrough que era antes. Claro, eso no iba a ser sencillo, pero lo iba a intentar.

Retomó las salidas con sus amigos. Desgraciadamente, compartía amigos con Stan. Los amigos de Stan eran los suyos, y aunque eso no era nada incómodo, porque antes de novios habían sido amigos, no por eso no se sentía raro. Stan nunca iba a las salidas con ellos si Bill iba, lo que, para él, era un tanto doloroso.

Bill nunca pensó en contactar a Stan para rogarle que volvieran ni nada, Bill conocía lo suficiente a Stan (diez años de amistad y otros tres de relación, poquito tiempo, nada más) como para saber que a Stan no le gustaba que le rogaran, mucho menos rogar. Así que Bill no estaba muy de ganas para “luchar por él”.

Bill agradecía que Stan no le hubiese bloqueado de ningún lado (presumiblemente porque Stan sabía que Bill no lo contactaría). Y esto era bueno, porque así Bill tenía acceso a las redes sociales de Stan, y por consecuente a su nuevo método de tortura favorito. Bill era masoquista. Y no podía evitar ver las historias de Stan. Las historias de Stan con su nuevo novio. De Stan con su nuevo novio en aquellos sitios que eran de ellos. Stan se veía feliz, radiante, no parecía afectado por la separación. Y a pesar de que a Bill le costaba ver a Stan con otro hombre, le gustaba ver a Stan feliz, porque para él, la felicidad de Stan es la prioridad.

Ver las historias de Stan se volvió costumbre, le dolía, pero a su vez, le gustaba.

Pero no le gustaba cuando en las salidas con sus amigos, el tema que siempre salía a colación era Stan. Que Stan había ido con su nuevo novio a la cantera. Que había hecho un pícnic con su nuevo novio en el bosque. Que habían ido juntos a ver el show que Richie había dado del día anterior. Que Ryan (el novio de Stan) había conocido a los padres de Stan (a pesar de llevar dos meses y que a Bill le tomó un año de relación para ser presentado - formalmente - a los Uris). Que Stan y Ryan tal cosa, y Stan y Ryan tal otra. 

No le gustaba, se sentía agobiado. Ya le había quedado en claro que Ryan era mil veces mejor novio que él. Se lo dejaron en claro, tan claro como el agua.

Hasta que no fue así. A pesar de lo que aparentaba Stan en redes sociales (estar feliz y haber salido adelante) Richie (que era el más cercano a Stan) les decía que Stan no era tan feliz como aparentaba.

Según Richie, Ryan empezó a cambiar su actitud hacia Stan.  La relación empezó a tener problemas. Y aunque no eran la pareja favorita de Bill, esto no le gustaba, porque afectaba a Stan. Bill estaba seguro de ser totalmente capaz de tratar a Stan mejor de lo que Ryan jamás sería capaz.  Y una pequeña parte celosa de Bill quería saber. Necesitaba saber si Stan se sentía solo alguna vez, aunque Ryan estuviera a su lado. Si cuando Ryan no trataba bien a Stan, leía los poemas, las historias, los mensajes y todas las palabras bonitas que Bill le escribía cuando estaban juntos.

Pero en las fotos, Stan y Ryan se veían tan bien juntos, que lo que Richie contaba parecía falso. Una bonita mentira para hacerle sentir mejor.

¿Lo que vivieron, había sido real? Bill empezaba a cuestionarse. No tenía sentido que Stan pueda estar tan bien en tan poco tiempo.

Y es que, Stan tenía ese algo, que no le permitía a Bill seguir adelante. Aquel algo era lo que lo hacía seguir teniendo las fotos que Stan le había enviado en su teléfono. Aquel algo lo hacía privarse de ir a las salidas cuando le confirmaban  que Stan iría con ellos. Aquello que hacía oír el nombre “Stanley” sumamente doloroso.

Y sí Bill pudiese obtener un deseo, este sería poder despertar con amnesia. Desearía poder olvidar todo, el cariño, el amor, los gestos. Todo. Así, tal vez, podría por fin sacar de su mente y corazón a ese chico que se lo había robado.

Y entonces todo tuvo sentido.

Despertar con amnesia. Despertar de esta pesadilla de vida. Despertar.

Despertar de este sueño, sin recordarlo en absoluto.

Despertar.

Bill fue consciente.

Esto es un sueño.

Puede despertar, dejar todo esto y por fin despertar.

Entonces Bill tomó una decisión. Salió de su apartamento, subió a la última planta, a la terraza del edificio. Y allá, se sentó. Y empezó a pensar. Así que se concentró. Se concentró en su vida. En su trabajo. En sus padres. En Georgie. En sus amigos. En los perdedores, que son como hermanos para él. En Stan. En el amor que siente por Stan. En todo lo que Stan genera en él. En lo mucho que desea despertar. Y entonces, Bill Denbrough saltó al vacío.

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Una fría ráfaga de viento, una sensación de calor en las piernas y algo duro en su espalda fue lo que despertó a Bill Denbrough aquella madrugada. Al revisar el reloj que mantenía en su mesita de noche, notó que eran las 4 de la madrugada, que estaba en su habitación (más bien en el piso de  la misma) y que la ventana estaba abierta.

— ¿Bill? ¿Qué pasó?— preguntó Stan, en su voz se notaba que estaba adormilado.
El corazón de Bill se aceleró al oírlo.

— Eh, si-si— respondió Bill, buscando el rostro de Stan entre la oscuridad, segundos después agregó: — so-solo me caí— Bill sonrió.

—¿Estás seguro?— preguntó Stan.

Bill asintió con la cabeza. Con sus manos buscó la cama y se apoyó en la misma para acomodarse.  Luego recogió la cobija caída del piso, y se tapó a sí mismo y a Stan con la misma.

Stan abrazó a Bill suavemente, esperando una respuesta adolorida de su novio. Pero para su sorpresa, recibió un abrazo aún más fuerte de parte de Bill.

Bill escondió el rostro en el hombro de Stan. Inhalaba su aroma y palpaba con fuerza, necesitaba que ese momento fuese real. Necesitaba que lo que estaba pasando no fuese un sueño, necesitaba tener a Stan ahí, junto a él, sosteniéndolo, amándolo.

Bill durmió lo que quedaba de noche, abrazado a Stan, sintiendo el calor del cuerpo ajeno. Durmió con la seguridad de que luego despertaría, y que todos los sucesos previos solo fueron un mal sueño. Volvió a dormir con un recuerdo borroso de lo que había sido una gran pesadilla. Durmió en paz, como sí lo que le había pasado se hubiese ido gracias a la amnesia.
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Gracias por leer <3

I wish that I could wake up with amnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora