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Pov, TN
Me doy la vuelta en mi cama y miro hacia la ventana que me da una vista completa del amanecer sobre la ciudad de Nueva York, una vista que seguramente extrañaré.
Hoy es el día.
Me voy hoy. No he hablado con nadie desde el miércoles por la mañana y nadie me ha contactado tampoco y creo que es porque nadie sabe qué decir. Todos están lidiando con este cambio en su propio pequeño mundo, por lo que no los culpo, tampoco creo que lo hayan aceptado por completo.
Siento como si mi cuerpo estuviera en piloto automático y me hubiera adormecida y supiera que en el momento en que me suba a ese avión, me voy a romper. Los muros que he estado sosteniendo estas últimas semanas se van a derrumbar lentamente, pero por ahora, no puedo mostrarle a nadie cómo este cambio realmente me está destrozando.
La fiesta es a las 3 pm y mi vuelo es a las 7 pm lo que significa que tengo que estar en el aeropuerto a las 6 pm lo que también significa que tengo que salir de la fiesta alrededor de las 5:30 pm para llegar a tiempo. Dos horas y media en la fiesta parecen tiempo suficiente para todas las despedidas.
Suspiro viendo salir el sol mientras me acurruco más en mi manta, no queriendo dejar el calor de mi cama todavía. Iré a ver a Wanda alrededor de las 11 am con la esperanza de que sea tiempo suficiente para sacar todo antes de irme. Pensé en decirle lo que realmente siento por ella, pero eso sería tonto e increíblemente egoísta de mi parte. Ella es feliz. Puede que no esté contenta conmigo, pero está feliz y contenta con su relación y eso es todo lo que siempre he querido para ella.
Conozco a Vision lo suficiente como para saber que él la trata como merece ser tratada. Sé que él hará todo lo posible para asegurarse de que ella esté feliz y bien cuidada y sabiendo eso, me siento lo suficientemente cómoda para irme.
Yelena y Kate insistieron en venir conmigo cuando vaya a ver a Wanda, no sé por qué, pero acepté sabiendo cuánto necesitaría su apoyo emocional.
Mis ojos parpadean hacia la pequeña caja verde oscuro que está en mi mesita de noche, mordiéndome los labios mientras la miro obligándome a detener las lágrimas.
Papá Olek y mamá Iryna me sentaron un verano y me dijeron que sabían de mis sentimientos por su hija, Wanda.
Lo gracioso fue que aún no me había dado cuenta de eso, así que traté de negar su suposición, pero me explicaron cómo ven el amor que tengo solo por cómo miro a Wanda. Explicaron que es la forma en que papá Olek miraba a mamá Iryna y viceversa.
