- entonces te presento como ?...
La mujer se encontraba con las brazos cruzados y una mueca de impaciencia.
El hombre presente en cambio se paro de la mesa y tomo el último sorbo de su te.
- Naruto el destripador está bien.
Ante está respuesta, Bruhilda alzo una ceja confundida.
- no entiendo por qué ese nombre.
- digamos que.
Minetras se colocaba su distintivo sombrero volteo a ver ala mujer.
- no es un hombre que sea de mi agrado entre los muchos que tengo pero quedará perfecto para el último acto.
- estás seguro puede que mueras y todos los demás creerán que una escoria intento pelear del lado de la humanidad.
- déjeme contarme una historia dulce dama si es que me lo permite.
Cómo todo un caballero camino ala mujer y le abrí la silla para que se sentará una vez lo hizo sirvió delicadamente te y le acercó unas galletas.
- te negro, de los mejores que he probado.
- habla rápido.
- uno no valora lo suficiente lo que tiene asta que lo pierde, como ah de saber ay más de uno que ocupo el nombre de Naruto el destripador.
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.Una vez llegué ala panadería guarde la espada entre mi capa, aunque era tarde las luces aún estaban prendidas así que entre.
El hermosos color que siempre esperaba ver estaba ahí, la señorita estaba sentada en la sala, en cuanto abrí la puerta ella volteo a mi.
Nadie decía nada, nadie se atrevía a nada sin embargo ella decidió tomar la iniciativa
- y bien naru como te fue ?
Avía temido esto desde ya hace mucho tiempo pero tenía que ser lo suficientemente valiente para recibir las consecuencias.
- em... Es que....
Por alguna razón no salieron mis palabras no puedo decir nada.
La señorita en cambio solo me abrazo su color se intensificó ahora brillaba tanto que me hizo cerrar el ojo.
- naru , ay belleza en un corazón que ardió por lo que amaba..... Pase lo que pase estare aquí contigo.
Ella retranco delicadamente su cabeza en mi pecho aunque era más alto pareciera un niño pequeño por qué de la nada y al ver qué tan hermoso color estaba dirijido hacia mi me hizo sacar una lágrima.
No era como esas veces que Kushina desprendía el mismo color, está vez era diferente de algún modo sentí que por fin avía encontrado mi verdadero amor el amor que me faltaba el que necesitaba.
Correspondi el abrazo y entonces al saber que ya no tenía que buscar más que todo lo que necesitaba estaba entre mis brazos solté a llorar.
La señorita solo me abrazo más fuerte y paso su mano delicadamente por mi cabello como si de un niño pequeño se tratase.
- entiendo lo que sientes, pero debes saber que como lo estuviste conmigo yo estaré contigo.
Limpio mis lágrimas con su pañuelo y me sonrió dulcemente. Nada podía salir mal ahora.
- señorita.....
- dime naru.
- conocerla fue quizá una simple coincidencia pero prefiero interpretarlo como un regalo de la vida.