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JACUZZI ☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Observé mi semidesnudo cuerpo a través del espejo, me sentía juzgada por mis propios pensamientos autodestructivos, no era apropósito, simplemente ellos invadían mi mente sin poder evitarlo, no había ni un sólo rincón de mi cuerpo al cual no encontraba defecto, resignada hacia la indecisión suspiré tomando valentía por lo que tenía planeado hacer, algo que era arriesgado y precipitado, algo que si no lograba hacer correctamente tan sólo lograría exponerme en una forma tan vulnerable, como un cuerpo desnudo.
Al escuchar la manija de la puerta moverse, en un ágil movimiento y sólo por reflejo mis manos temblorosas cubrieron mi cuerpo con la sencilla bata rosada que llevaba como único recurso para ocultar mi cuerpo expuesto que delataba mi erótico plan.
Y sin aún tener el suficiente atrevimiento para llevarlo a cabo volteé hacia ella encontrándome a mi amado de espaldas cerrando la puerta con apariencia desanimada, una mueca se formó en mi rostro al notar como descansaba su frente sobre ella pensativo, detesto esa actitud.
—¿Sigues enojado?—Logré articular con mi pierna inquieta a causa del nerviosismo que recorría mi cuerpo, se sobresalta al escuchar mi pregunta, de un brinco voltea a mirarme asustado y de inmediato se tranquiliza al cruzar su mirada con la mía, pero sé que aún lo está, tan sólo basta con notar la manera en la que me mira.
—¿Tú que crees?—Respondió volviendo su vista al frente, tragué saliva sintiéndome inútil al recibir su mirada de desprecio, escucho un suspiro de su parte, sé que ya no quiere seguir con esa actitud indiferente cuando me acerco, sin embargo, no puede contra su orgullo, necesita una disculpa desesperada de mi parte, aunque ya lleve mucho tiempo rogándole el perdón.
—Lo siento tanto—Permanezco con la cabeza baja, ¿Eso era lo que quería escuchar? Si era así podría decírselo por horas con tal de ser disculpada, me arrodillaría y rogaría que volviera a ser el mismo bromista que era antes de cometer mi error, extraño tanto sus chistes, su tacto y esa mirada de picardía cada vez que me mira.
—Tú sabías sus intenciones y no hiciste nada al respecto—Me encaró con enojo en su rostro, debería corregirme, habían celos y rencor en su expresión, tocó un tema que había estado evitando desde que ocurrió, y causó una sonrisa tenue pintada en mi cara al notar la oportunidad que tenía de explicar lo sucedido.
—Richie, jamás fue mi intención—Se acercó escuchando atentamente lo que tenía para decir—Si hubiera sabido que iba a ocurrir jamás habría hablado con él—Pauso formulando mis palabras próximas—Sabes que no quise, y he estado tratando de remediar mi error, no sabes lo infeliz que me siento al sentirte lejano, al notar tu trato indiferente y cuando demuestras el dolor que te he hecho pasar a través del desdén de tus miradas, estos últimos días han sido tortura sin ti—Terminé con las mejillas rojas al darme cuenta de mi próxima acción.
