Quin: Amor, eres mi sol y mi lluvia.
Poseidón: Así que te pongo caliente y mojado ¿Eso es lo que tratas de decirme?
Quin: ¡Por supuesto! -lo abraza- vamos a la habitación.
Poseidón: -sonrojado lo toma de la cintura- te vas a arrepentir de tu petición.
Quin: No, no lo haré -susurrando en su oído- Házmelo, házlo hasta que ya no pueda más.
Adamas: -escupe su té-
Adamas: ¡¿Pero…?!