Capítulo 1

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Me desperté dando vueltas en la cama, abrí los ojos para ver mi habitación a oscuras así que di por echo que mi padre me había bajado la persiana, miré la hora en mi reloj, pero no llevaba y me queda un poco confusa la verdad, pero lo dejé pasar. Me dormí un poco más hasta que mi cuerpo decía que me despertara. Cuando me levanté lo primero que noté fue que no noté mi pelo en la cara ni nada y me asusté. Me pase las manos por el pelo para encontrármelo cortado y te juro que en ese momento noté como el mundo se me venía encima. Estaba empezando a híper ventilar. No sabía que cojones estaba pasando, y ahora que miro bien mi habitación me doy cuenta de que no es mi habitación.

—Que cojones —dije bajito.

Me levanté y busque el baño en la casa en la que estaba que desde luego no es mía y no conozco de nada.

Una vez lo encontré me miré al espejo y juro que sentí como mi corazón abandonaba mi cuerpo durante unos segundos. Me bloquee, mi respiración desapareció, al igual que mi color de piel, si es que podía decir que era mío siquiera.

Fui hacia la habitación rápidamente para buscar el móvil y meterme en instagram, gracias a dios que tenían un móvil que detectaba la cara. Busque rápidamente mi instagram en su móvil y le escribe, ose me escribí, le.... Bueno escribí.

                                Espero que estes
                                despierto, porque
                                tenemos un
                                problema bien
                                gordo.

Espere a ver si me respondo impaciente en su habitación, mordiéndome las uñas que no ¿tengo, tiene...? Dios que complicado es esto.
Minutos más tarde me llegó un mensaje y rápidamente lo abrí.

Que coño ha pasado?!


                                         No tengo ni la
                                         más remota
                                         idea, pero que
                                         vas a hacer?


Estaba entrando en crisis, de verdad lo digo y estoy empezando a notar como un ataque de ansiedad se estaba formando dentro de mi.

Tenemos que vernos
y hablar.

     
         Vale, sí.
                           Cualquier osa me
                              parece bien en este
             momento.

Después de eso, dijimos de quedar a las doce aquí donde vivo o vive, yo que se.

                 Mi madre probablemente
                   no te dejará ir tan
                   fácilmente, así que si
                   pregunta dile que has
                   quedado con el chico del
                   bus para ver si es majo o
                   lo que sea. Una excusa
                   buena, para que se la
                   crea, y pregúntale por el
                   micro.
Va.


Cuando sus padres se despertaron yo lo hice también, he intenté actuar lo más normal que puede uno intentando imitar a alguien al que no conoces de nada.

—Vaya, parece que hoy has madrugado —dijo su madre.

—Es que he quedado —dije preparándome mi leche.

IntercambiadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora