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Soobin estaba nervioso, no quería hacer eso simplemente no quería,su madre era una controladora maniática casi casi psicópata, si, en ese concepto la tenía Soobin en primera a sabiendas de que Soobin odia a Alexandre a fuerzas quiere que él sea su alfa, si Alexandre se atreve a querer marcarlo Soobin lo destrozara sin piedad, el único que puede hacer eso es Yeonjun y sería lo mejor del mundo para Soobin ser marcado por el hermoso y frágil alfa.

Y justo por eso no quería que su cristalito conociera a su mamá, de sus demás familiares no tiene nada que decir, pero su madre oh dios mio que el infierno la trague.

En este momento, mejor que el infierno se lo trague a él y lo escupa al lado de su alfa, y si le borraba la memoria a este para que se olvide de que le prometió que este día conocería a su familia... Mejor.

Solo le falta aplicarse un poco de colonia y... Listo, justo a tiempo, para cuando llegara su conejito él ya estaría listo para recibirlo y protegerlo de el campo de batalla, esperaba que no fuera así, pero no esta de más estar preparado.

Pasaron los minutos y Yeonjun no llegaba habían quedado a las cinco y ya eran las cinco cincuenta y seis, ¿que? ¿Qué si eso preocupaba a Soobin? Si, su cristalito no era impuntual, nunca, algo le habrá pasado de seguro.

Soobin tomó su abrigo y fue a la casa de Yeonjun, pero cuando su suegra omega lo atendió le dijo que ya tenía tiempo de haberse marchado directo a la dirección que otro alfa le dio. Otro alfa...? ¡Maldito Alexandre! Soobinlo mataría,mientras el llegó hace más o menos una hora a su casa y platicaba con su familia, saber ni a que lugar mando a su conejito, lo mataría.

Llego a su casa lo más rápido posible y nadie vio venir cuando un rugido se escapó doblegando a todos menos al padre de Soobin seguido de un puño en la cara de Alexandre.

-- ¿¡a donde mierda mandaste a Yeonjun!? - - Grito utilizando su voz de omega pero esta vez sonaba más fuerte que de costumbre.

- yo no hice nada Soo-- mintió Alexandre tirado en el suelo

-- no mientas maldita sea!! --

-¡Soobin! Callate! - Grito la señora Choi.

-- ¡no mamá no te metas es mi alfa de el que hablamos! Y nadie tiene derecho a lastimarlo!!.. Que me digas donde esta!! - - luego de que Alexandre le diera la dirección¡Soobinse asusto más el muy idiota mando a Yeonjun a un barrio peligroso, si le tocaron un solo cabello a su alfa el imbecil de Alexandre lo pagaría,salio corriendo y en menos de cinco minutos ya estaba buscando a su conejito en ese barrio horrible.

Caminaba mientras llamaba a su alfa pero nada, el conejito no aparecía, tenía hasta ganas de llorar por la ausencia y posible peligro de su alfa, en un callejón su escuchaban gritos y unos sollozos decidió asomarse igual nada perdía y gracias a Dios que se asomó, unos idiotas malvivientes estaban golpeando a su cristalito, se acerco y cuando uno le iba a dar un golpe Soobin se puso en frente evitando que tocara a su lastimado alfa bebé.

- quítate omega, no molestes.- ordenó el alfa

--... Se atrevieron a tocar a mi lindo alfa. - - hablo en tono amenazante.

- que? Ese debilucho - rio- no fue difícil es un alfa inútil, en cambio nosotros te podríamos hacer pasar un muy buen rato... - - trato de acercarse a Soobin pero este le rugió y en menos de un segundo tenían a un enorme y hermoso león frente a ellos.

Trataron de huir pero el león no los dejó, y los atrapó en su boca uno por uno dejándolos mal heridos tirados en ese callejón, miro hacia el lugar donde estaba su Yeonjunie y su sorpresa fue que el alfa ya no estaba.

Solo sus ropas muy bonitas y ahora sucias y un pequeño bulto tembloroso entre ellas, con una pata hizo a un lado la ropa y sus ojos divisaron a lo más hermoso, un conejito blanco con detalles grises temblando al ver la escena tra ellos y al gran león frente a él.

Soobin se transformó de nuevo y se coloco frente a él hermoso y bastante pequeñito conejito, era una dulzura y lo tomo en sus manos atrayendo lo a su pecho, el conejito se frotó en el hasta dejar de temblar y mover sus bigotes en aviso a que se había tranquilizado,Soobin entendió a la perfección y luego de tomar la ropa de su alfa y esconder al pequeño animalito en su pecho tras su camisa volvió a su casa a paso tranquilo, no tenía nada de prisa en llegar. Nada.

Luego de ir acariciando a la hermosa bolita de pelos llegó a su casa y pudo notar como su pequeño conejito en brazos movía su nariz y bigotes con entusiasmo debajo de su camisa así que entró...

-- ya llegue! - - aviso para luego ir a la sala en donde todos se encontraban tomando café

-hijo, como no regresabas y nuestro invitado tenía hambre, cenamos sin ti pero esta bien no? Igual no viene contigo ese dichoso alfa tuyo. - - hablo la señora Choi.

Soobin estaba molesto, más porque su madre hablaba de su alfa con una arrogancia que le causaba náuseas.

-por cierto, tu padre no comió el dijo que te esperaría a ti y al alfa ese, no se ni que le ves, no lo conozco pero por como saliste a su auxilio debe ser un débil, no creo que sea mejor que Alexandre-- ay estaba otra vez el mismo tono con el que Soobin creía que perdería la cordura, a parte como se atrevía su madre a hacer esa semejante comparación de su lindo, tierno, bello y cariñoso alfa, y la estupidez mezclada de arrogancia del imbécil de Alexandre.

-- estaré en mi habitación no me molesten y... Alexandre si te atreves a tocar solo la puerta de mi habitación, te mato. - - advirtió para luego retirase sin despedirse de nadie a sabiendas de que su conejito estaría triste...

Llegando a la habitación Soobin saco a su Yeonjunie de su camisa y lo puso en su cama, viendo como este tenía las orejitas abajo en señal de tristeza, acomodo sus almohadas y puso al conejito en ellas ya que estas tenían muchísimo aroma al él.

Yeonjun se recostó en ellas dejándose caer con desilusión y su pequeña cabecita solo podía pensar

"que hice mal ahora"

Conejito⁎yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora