relampagos y truenos se veían y escuchaban esa noche, mis aguados ojos sólo podía mirar al suelo pensando en ciertas palabras que alguien me había dicho. estaba helando, si respiraba saldría humo, estaba seguro.
no sabía bien si ir o no a casa de mi mejor amigo, pero lo encontraba como mi ultima y unica ayuda. tal vez es la unica persona que me quiere como soy. estaba en la puerta del edificio y toqué si timbre.
¿quién es? —pregunto con voz adormilada. soy un idiota por haber despertado a tomi.
soy yo, rodri. —respondí con una voz raspada ya que sentía un nudo muy fuerte en mi garganta y había estado tosiendo comi la mierda.
¿que... dale, entra ro. —dijo abriendo la puerta desde el segundo piso con un boton.
yo sequé mis pies y caminé lentamente al ascensor. me miré en el espejo y solté mas lagrimas porque me veía como un estúpido lloron. miré al suelo hasta que se abrió la puerta en el tercer piso donde estaría tomi esperandome con una toalla.
rodri, ¿que te paso? —preguntó abrazandome mientras caminabamos hasta su departamento— estas temblando. ¿por qué lloras? —decía y preguntaba totalmente preocupado.
no respondí y no sólo porque no queria, sino que también me habia quedado sin voz y me costaba como la mierda hablar.
sentate, te voy a hacer un café. —dijo prendiendo el aire en modo calor dando directamente a mí.
se sentía tan calido y no sólo por el aire, sino que tambien el ambiente que regalaba tomás al ser tan atento conmigo. solté una sonrisa vaga mirando al suelo.
toma. —apareció tomi sentandose al lado mío mientras dejaba el café entre mis manos.
tomé un sorbo, al principio quemó pero despues me acostumbré. mi garganta estaba mejor, ya no la sentía reseca.
¿me decis que pasó? —preguntó mirandome a los ojos. podía percibir su preocupacion hacia a mí.
fui a casa de iván. —comenzé a contar y el negó golpeando sus rodillas con las palmas de sus manos. "seguí" dijo.— pensé que sería una buena idea... confesarme a la cara. —agregué ahora con la voz temblorosa.
quedamos en silencio. tomi me miraba mientras yo tomaba unos sorbos mas de café para poder seguir.
tome aire profundamente— y nada, él me dijo... me dijo que soy tremendo trolo, que era re raro que le llegara a gustar y que no era mas que sólo su amigo y que no tendría porqué confundir eso. —respondí y ahora sí dejé el café de lado mientras comenzaba a llorar.
tomi sólo pudo abrazarme dandome caricias en la espalda. se quedó en silencio unos minutos— sé bien que iván no quiso decir eso... él esta asustado como vos al principio. tiene sus pensamientos gays pero no quiere aceptar que le gusta un pibe. —dijo contando el mayor secreto que sabía de iván.
yo dejé de sollozar, ahora sólo lloraba porque podía ser que iván este asustado y confundido, pero no pensó en medir lo que decía con alguien que estuvo o está en la misma situacion. eso me enojo bastante.
y... ¿por qué me dijo eso? —pregunté aun llorando. tomi se apartó del abrazo, me tomo de los hombros y me miró.
sé que estaras enojado pero ahora lo voy a llamar, le voy a preguntar y vas a ver que se siente como un idiota de mierda por decir eso. —dijo— y no sos un raro, no confundiste, no sos un tremendo trolo, sos una persona descubriendo su sexualidad al igual que todos. —terminó diciendo tomas.
yo calmé mi respiración, mis latidos fueron mas lentos y ahora volvía a pensar. ¿perdonaría a iván por esas cosas? si el lo dijo es porque lo piensa, ¿no? ¿tendría que compadecerme?
| iván.
despues de decirle todas mis inseguridades a rodri como si fueran mías fuí directo a encerrarme a mi cuarto. golpee mi cama, las paredes, mis brazos e incluso mi cara. tenía que castigarme por lo hijo de puta que habia sido.
fuí a mi baño y me paré delante del espejo, cosa que hago cuando quiero decirme las cosas a la cara como si fuera otra persona.
sos un hijo de puta, trataste mal a tu mejor amigo y al pibe que tratas de saber si te gusta o no. sos un pajero reflejando con él lo que sos vos, no deberían existir personas tan idiotas como vos porque sos un pajero de mierda. —se dijo apretando sus dientes y largando algunas lagrimas. no podía controlar su ira hacia di mismo despues de tales palabras y se sentía como una persona que no debería vivir.
no se empastillaria, no ahora ¿o sí? capaz que despues de explicarle a rodri o dejar sus sentimientos a tomas para que despues se los diga.
tomo los clonazepan que tenía a du alcanze antes de que se agitara y ropiera toda la casa y se tiró a la cama. pero no pasaron ni dos minutos cuando su telefono vibra y una persona aparece en su cabeza.
rodrigo.
ansioso va a atender pero vé que es tomas. dios, tomas, "¿por qué lo llamaba a esta hora?" pensó y razono "rodri debe haber ido a su casa". dijo y decidió atender.
¿qué mierda hiciste con rodri? —preguntó tomas.
mira, la quiero hacer corta. decile a rodri que me perdone, que sé que soy un pajero de mierda pero que lo amo y lo amo mucho, que no le importe todas las boludeces que digo y voy a decir porque soy un pajero que no piensa en las consecuencias. me siento como la pija pero sólo quiero que el se sienta bien y por favor, haceselo saber. —dije terminando— me tome varias pastillas, capaz que me tome mas y no pase de esta noche, pero hacele saber eso.
iván, no hagas eso. —se escuchó la voz de rodrigo— voy a tu casa, lo hablamos mejor, capaz que sea bueno pero deja de tomar pastillas. —dijo pero no se escucho nada. pasaron treinta segundos— ¿iv? —y no se escuchó nada.
no sabrían que ese silencio de treinta segundos despues de una hora se convertirían en una visita al hospital, sentados en la sala de espera con iván internado por demasiadas pastillas.