CAPITULO 3

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–¡¡Abuelita Marlin!!–gritó el pequeño castaño al ver a su abuelita–

–Oh, pequeño Tae, mira como has crecido –habló la mujer de mayor edad fascinada por su pequeño nieto– ¿Dónde está tu madre?

–Abuelita.....–Tae bajó la mirada– Mi madre Yuna... Ella...–el pequeño tragó duro– Ella desapareció está mañana...

La mujer se congeló al escuchar las palabras salir de la boca de su querido nieto.

–¿Mamá vendrá pronto abuela?–preguntó Taehyung –

–C-claro que volverá pequeño, vamos, entremos a casa–habló ahora la mujer–

La abuela sabía que algo malo le había pasado a su quería hija, madre de su pequeño nieto Taehyung, esos alfas repugnantes le habían echo algo malo a su pequeña. Taehyung no lo sabía, aún era joven para saber lo que pasaba, su madre le había dicho, que se cuidara de la mayoría de los alfas, ya que la mayoría eran insoportables.

Mientras Tae se la pasaba bien al estar con su abuela, una persona no se la estaba pasando muy bien.

Y ese era Jungkook.

Su padre lo había castigado por llegar tarde a casa esa noche que salió a buscarlo, habían pasado 2 días desde que no se había visto con aquel pequeño Omega, lo que lo puso más tranquilo, fue el echo de que su padre no se había enterado que era amigo de un Omega, ya que su padre se lo había prohibido, ya que para el, los omegas eran la especie más "inservibles" y unos "cualquieras", aunque kook pensaba todo lo contrario desde  que conoció a Tae, no sé atrevió a dirigirle a palabra a su padre.

El padre de Jungkook era uno de los alfas de alto rango más temidos, ya que era arrogante y egoístas, intimidaba con su tamaño, y con su voz de mando a cualquiera se le pondrían los pelos de punta, cabello azabache, ojos rasgados y negros, mandíbula marcada, cuerpo tonificado, ese hombre era atractivo, pero de humanidad no tenía nada.

Y ahí estaba Jungkook, era la versión más joven de su padre, solo que en la personalidad era todo lo contrario. Tan solo tenía 15 años, y se sintió ofendido al escuchar hablar a unos alfas de otros pueblos, diciendole que se parecía a su padre, a él nunca le había gustado que los compararán con ese hombre, ya que el no quería ser como el... No, jamás lo sería....

¿O si?

Era el día 4, la madre de Tae no aparecía aún, se lo contó a Jungkook para sentirse más seguro, Jungkook solo le dijo que todo estaria bien, y que su madre aparecería.

Ambos se entraban sentados en el mismo lugar de siempre, comiéndo avellanas, y algunos pan.

–Kookie, ¿Crees que algo malo le alla pasado a mi madre?–preguntó Taehyung –

–No pienses eso TaeTae, tu madre estará bien–respondió ahora jungkook–

Taehyung vestía un lindo vestido púrpura escotado, le llegaba por los tobillos, se veía hermoso.

En cambio Jungkook, vestía con un pantalón de cuero holgado, botas de cuero, y una camisa de manga gris, se veía tan atractivo.

–Te ves hermoso Tae– soltó de golpe el azabache–

Taehyung casi se ahoga con la avellana al escuchar esas palabras – G-gracias Kookie, tu también te ves muy lindo –respondió Taehyung con un leve color carmín en sus mejillas–

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