Capítulo Único.

45 7 5
                                    

Como podemos fingir que no sentimos nada, si el deseo más íntimo de ambos, es permanecer juntos y no volver a separarnos.

Pero ya no nos conocemos, somos dos desconocidos con una historia en común, conocíamos los anhelos, los sueños y los deseos del otro pero elegimos fingir que nunca nos despedimos una vez que el sol reemplaza a la luna en el cielo.

Esos ojos negros que alguna vez creí que entre toda esa oscuridad, un halo de esperanza se podía alcanzar a asomar, hoy se encuentran vacíos y muertos. Se de tu dolor, porque yo también lo siento, te propuse una vez llevar la carga de aquel dolor juntos pero, como siempre, preferiste cargar con ello tu solo, decidiste hundirte en tu propia oscuridad para evitar que los demás lo hagan.

Idiota, siempre fuiste un idiota sin remedio. Pero con un gran corazón, que tu mismo decidiste ocultar para evitar que se siga rompiendo. Pero no te culpó, yo también lo hice, no tengo derecho a juzgarte pero ahora se lo que se siente ver a la persona que amas, hundirse en el dolor.

Se lo que haces, se que siempre me observas desde las sombras, a veces hasta finjo que no me doy cuenta que hay un auto negro a una cuadra de mi trabajo o de mi casa, se que envías a alguno de tus hombres a vigilarme cuándo estoy en el gimnasio o yendo de compras, conozco tus trucos.

Por eso no me sorprende cuando encuentro un sobre con una dirección y una llave dorada. Se lo que quieres y a veces me maldijo por también quererlo.

No debería hacerlo, nuestras vidas siempre estaban de un extremo al otro, pero ahora, lo estaban aún mas, porque se lo que haces, lo peligroso que eres y lo fácil que sería que yo no vuelva a ver la luz del día.

Pero aquí estoy, una vez mas, en tu casa, la cima del mundo. Me tienes fuertemente en tus brazos, con tu rostro enterrado en mi cuello, marcando mi piel con mordiscos y moretones, y yo, enterrando mis uñas en la piel de porcelana de tu espaldas trabajada.

A estas alturas, la cama es un desastre desordenado y húmedo, almohadas en el suelo al igual que nuestras prendas, la habitación a oscuras pero con las luces de la ciudad dándonos lo justo para poder vernos los rostros sudorosos y sonrojados.

Alcanzó a ver tus ojos negros, ahora nublados por una pequeña capa de lágrimas amenazando con caer por tu bello rostro, me vez triste, dolido y arrepentido, como si quisieras decirme algo pero vuelves a callar y fingir que nada pasa.

Una vez el sol se asoma por el horizonte, volvemos a desconocernos, siento como te vas de la cama y a los minutos el sonido de la puerta cerrándose, confirma tu huida.

No quería levantarme, quería permanecer en aquel lugar, a pesar del dolor que eso provocaría, pero no lo hice. Tomé aquellas prendas que anteriormente tu quitaste con desesperación, casi rompiéndolas en el proceso y vestí mi cuerpo marcado por tus labios.

"Sanzu te llevará a tu casa. -M"

La misma nota de siempre, el mismo sentimiento de amargura y dolor en mi pecho.

Una vez mas, me encuentro rumbo a mi casa, custodiada por tu perro mas leal. Una vez mas me encuentro escribiéndote una carta que jamás te enviaré, pero que guardaré en una caja de zapatos, al final del armario junto al resto de memorias que compartimos pero que decidimos enterrar por el bien de ambos.

Por que siempre fuimos así, dos idiotas cobardes, con miedo a la felicidad porque no sabemos si somos dignos de ella pero adictos a la pequeña esperanza de que algún día podamos estar juntos.

Porque si no es en esta vida, será en la siguiente.

~♥~

EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHH

EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHH

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola volví (mas o menos)

Desconocidos |Manjiro "Mikey" Sano x Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora