dark fairy || skz [abdl] pausada

11

en la mañana changbin se levantó bastante contento, durmió con un pequeño de pelito lacio a su lado.
hyunjin no tenía dónde dormir ya que no sabía si hacer que comparta habitación con chan o remodelar una de las tantas habitaciones de invitados, estaba pensando en decidir una de las opciones en los siguientes días, principalmente porque no quería abrumar al pequeño lobito con tantos cambios.

salió de su habitantes mirando su cama antes para revisar si el pequeño nuevo no se haya despertado.
avanzó el pasillo hasta llegar a una puerta la cuál tenía colgado un lobo que decía "Chris", abrió de esta y entró visualizando una pequeña bolita en la cama.

— lobito —dijo llamando al pequeño,
este se revolvió entre las sábanas. algo extrañado de ese comportamiento, changbin volvió a llamarlo, sin obtener una respuesta.

hasta que se escuchó un pequeño llanto a lo lejos, hyunjin. pensó changbin.
salió de la habitación y corrió hacia la suya, visualizando al pequeño ojitos de medialuna sentado en la cama con lagrimitas, se acercó hasta este.
— oh mi pequeña medialuna no estés asustado —dijo con una voz dulce, tranquilizando al pequeño.

tomó a hyunjin en brazos y salió de la habitación dirigiéndose hacía la cocina en la planta baja. seguro tenía hambre

— bueno mi niño, comerás unas ricas frutas para mantenerte fuerte —lo miró con cariño. hyunjin sonrió tiernamente.
— dios que eres un chico encantador, realmente eres un amor —dijo con cariño.

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mientras tanto chris no pegó un ojo en toda la noche, no solo por los truenos que a decir verdad se dejaron de sentir muy poco después de ese momento vivido, sino por su corazoncito a punto de partirse.
realmente pensó toda la noche llorando en todo eso que vió.

a la mañana, sintió como su papi abrió la puerta y lo llamó pero también lo sintió irse...

sus patitas un poco frías tocaron el suelo del piso, había perdido sus mediecitas entre todas las sábanas. iba a pescar un resfriado en cualquier momento.

salió de su habitación, su pancita tenía mucha hambre. se acercó a la cocina escuchando la voz de su papi.

vió cómo papi alimentaba con frutitas ricas a hyunjin.
vió cómo se sonreían mutuamente.
vió cómo lo miraba con ternura.
escuchó cómo papi decía
— eres el chico más bueno que hay— felicitando por comer todas las frutas.

miles de inseguridades salieron esa noche y se duplicaron al escuchar esas palabras.