VII

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Minah

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Minah

Un rayo de sol fue directo a mi rostro lo que hizo que mi nariz se arrugara para después abrir los ojos con cansancio.

Me extrañe un poco cuando no vi a Yi Hyun por ningún lado, al parecer se estaba volviendo costumbre despertar sin el.

Me levante de la cama poniéndome mis zapatos de casa para después salir del cuarto, pero el chico no estaba por ningún lado.

Me acerqué a la mesa de la cocina, pero frunci el ceño cuando vi en esta unas tostadas con jugo y al lado una nota.

"Tuve que salir muy temprano por trabajo, disfruta el desayuno.

— Yi Hyun."

Sonreí inconsientemente por el detalle que tuvo de dejarme el desayuno en la mesa, mi acción siguiente fue sentarme a degustarlas.

Después de lavarme los diente y ducharme salí del cuarto de baño, pero volvieron a aparecer los ruidos en el piso de arriba con mucha más fuerza que las veces anteriores.

Suspiro ya cansada de la situación y camino a la habitación para vestirme.

Salí del apartamento cerrando la puerta a mis espaldas y sin darme cuenta choque con la niña con la que había hablado estos días.

Tenía una bolsa en sus manos que se notaba a lejos que le pesaba, supuse que iría a el vertedero de basura a tirarla.

- Hola. - le realice una pequeña reverencia en forma de saludo que la pequeña no tardo en regresarme. - ¿Vas al vertedero de basura? ¿Quieres que te ayude linda?

Ella asintió agradecida mientras me hacía una reverencia, me acerque a ella y tomé la bolsa de sus manos para después caminar al vertedero y tirarla.

Me di cuenta que desde que conocí a la niña nunca nos habíamos dicho nuestros nombres.

Me sacudí las manos para después preguntarle.

- ¿Como te llamas?

- Yeorin señorita. - me respondió la niña para agachar un poco su mirada con un leve sonrojo en sus mejillas.

- No me digas señorita, dime Minah, así me llamo. - le respondí con una sonrisa para después hacer una pequeña reverencia y pasar a su lado para seguir mi camino.

- ¿A donde va? - Escuche la voz de Yeorin preguntarme y volteé de nuevo a mirarla.

- A luchar. - le respondí con una sonrisa cómplice mientra caminaba hacia el ascensor que no tardo mucho en llegar, sentí a la niña ponerse a mi lado así que la mire y la vi sonreír de una manera muy tierna.

SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora