Prólogo

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La mujer, al entrar con cautela a la habitación de su único hijo, encendió rápidamente las luces, mostrando un bulto cubierto en la cama, exhalando con alivio

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La mujer, al entrar con cautela a la habitación de su único hijo, encendió rápidamente las luces, mostrando un bulto cubierto en la cama, exhalando con alivio.

Takemichi... cariño, ¿no te gustaría viajar un tiempo a Japón? — A la madre de Hanagaki, le dolía ver a su hijo tan decaído y deprimido, ya que ella estaba acostumbrada a verlo en cualquier situación, siempre sonriente y alegre, tratando de mostrar el lado positivo de las cosas. — Te prometo que será divertido como los viejos tiempos.

Lentamente, se fue acercando al pequeño bulto que sobresalía en la cama, donde su hijo se envolvió desde hace un par de días, solo salía para ducharse y en ocasiones a comer. Toda esta situación la ponía tan nerviosa, no sabía cómo ayudar o apoyar a su hijo.

Mamá... crees que soy una mala persona. — Las palabras de Takemichi sorprendió a la mujer, no pensaba que su hijo creyera tal cosa de él.

Por supuesto que no, ese rumor solo es una mentira, te prometo que mamá lo resolverá.

Todos creen con certeza que soy un mal amigo, un roba novios... un sucio gay, por mi culpa manche nuestro apellido. — Entre hipidos y lágrimas hablaba Takemichi, realmente se sentía sucio. — Destruí una pareja.

Eso es lo que menos importa ahora, además tu no eres un mal amigo, todo lo contrario ellos no supieron apreciar tu amistad. — La mujer suspiro le costaba tanto responder, le desagrada tanto que señalaran a su hijo. — Mientras tanto tu padre no está enfado de que seas gay, todo lo contrario está preocupado por tu bienestar, él odia, verte deprimido.

Si eso fuera cierto de que soy un buen amigo, esto no estaría pasando, en la escuela nadie quiere hablarme, todos me evitan y sueltan insultos, las personas que creí que me querían ahora me odian, no tengo a nadie, todos me abandonaron. — Lo decía mientras se quitaba las sábanas, mostrando sus ojos hinchados y rojos, además de sus rizos despeinados.

No estás solo tienes a Alfred, papá y a mí. — La mujer con rapidez lo estrechó entre sus brazos tratando de consolar a su hijo, esta situación se le está saliendo de las manos, la señora Hanagaki no pensó que todos creyeran a las palabras de esa chica. — Hoy mismo le diré a tu padre que compre los boletos de avión, comenzaras una nueva vida... lejos de aquí, tendrás nuevos amigos y no volverá a suceder otro problema parecido.

¿Y si los rumores llegan a Japón? — Con temor pronunció, mientras se alejaba del abrazo de su madre.

No, porque no lo permitiré que suceda otra vez. — Con gran seriedad lo dijo, ella no volverá a cometer el mismo error nuevamente. — Por lo mientras prepara tus maletas y no piensen en lo que pasará, concéntrate en tu nueva vida lejos de todos esos cretinos. — Se alejó de su hijo con la simple intención de salir de la habitación, no sabe como ayudar a su hijo, la única idea que pudo tener fue mandarlo lejos, mientras que ella arregla todo este embrollo, ya que para ella también es difícil asimilar todos estos sucesos, pero no puede verse débil enfrente de Takemichi, ella sería capaz de hacer cualquier cosa por la seguridad y bienestar de su hijo. — Iré a decirle a Olivia que comiencen la cena, espero que bajes a cenar esta vez. —Una sutil sonrisa salió de sus labios

Trataré. — Con simpleza la mujer cerró la puerta al salir.

El silencio de la habitación ahogaba a Takemichi, estaba asustado de comenzar una nueva vida lejos de todos, la idea de alejarse de sus padres le daba miedo, pero si tan solo él no se hubiera enamorado de ese chico, no estaría pasando esto.

Tenía tantas preguntas que le quería hacer a ese chico que jugó con él: ¿por qué se acercó a él?, ¿por qué se sentía tan bien estar a su lado?, ¿por qué ahora no quiere saber nada de él?, ¿por qué no desmintió el rumor?, ¿fue divertido estar con él?, ¿en algún momento sintió lo mismo que él?

Él únicamente quería una vida pacífica, pero ahora todo el mundo habla de él, todos lo señalan como si él fuera el villano de la historia, nadie le permite explicar lo que realmente sucedió, además de recibir todos los días agresiones de sus compañeros, con el argumento de que es lo menos que se merece, fue tanto el acoso que lo obligaron a salir por un tiempo de la escuela.

Sus amigos le dieron la espalda, él ciegamente siempre los seguía en todo, nunca pensó que serían ellos los primeros en señalar todo sus errores, ahora que iniciara una nueva vida estará alerta de las personas que se vuelvan cercanos a él, no permitirá que otra vez jueguen con él, además de que no permitirá que alguien ocupe su corazón.

Será una nueva vida en Japón, una en donde será alguien más determinado y seguro.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora