Parte 5

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Capitulo 5

La mañana, en la casa de Hermione, había sido tensa, por la pareja que conversaba en voz baja, Fleur y Bill intentaba arreglar sus problemas, mientras vigilaban el sueño de su hija y Hermione llevaba a cabo sus rutinas habituales, con Harry sin querer marcharse.

Para cuando la tarde llego, la conversación del matrimonio ceso y debieron ser fuertes. Como Hermione había pronosticado, la niña comenzó a sudar, temblar y perder el color nuevamente, según ella era normal y cuando lograran que la fiebre baje, todo estaría bien. Para sorpresa de Hermione y Harry, Bill no se opuso a ninguna de las acciones sobre su hija, pero se lo vio llorar y temblar como su mujer cuando los síntomas se hicieron presentes, preguntando que sucedía y porque parecía empeorar si estaba bien las primeras horas del día. Cuando el día estaba terminando y Victoire llevaba un buen rato mejorando, Harry escucho a Bill disculparse con ambas, madre e hija, mientras la primera limpiaba el cuerpo de su hija, arreglaba los rubios y delicados cabellos sueltos sobre la cama.

Harry, solo había visto un puñado de veces a la niña, y sabía que desde el color de los ojos hasta la sonrisa eran un calco de la madre; no heredo el cabello rojizo de su padre, ni las pecas de los Weasley, ni siquiera la dentadura o algún lunar. El pescador, no conocía a Fleur de pequeña, nadie lo hacía, pero seguramente era igual a la niña.

—Harry, no quiero ser desubicada ni entrometida—le habló Hermione de camino a la casa después de haber ido al mercado por víveres, dejando al matrimonio y la niña en la casa aún—pero quizás tu sepas algo.

—¿De que?

—Fleur, si bien conozco a la familia Weasley desde siempre, jamás había visto a Fleur antes de que Bill se casara con ella. Muchas veces la vi de pasada, siempre creí que era extraña...

— ¡Hey! ¿No te quejas de cuando dicen eso de ti? ¿Por qué lo dices de ella?

—No me malinterpretes, no de mala manera. Harry, ella es hermosa y...como perfecta. No es mala persona, pero tampoco es como las personas que conocemos, no solo por sus cabellos, que nada más que en cuentos he visto, o su piel tan clara...

—Bueno, solo sé que es de un pueblo lejano a la costa, por lo que su piel no ha tomado color.

— ¿Eso te han dicho? ¿Te dijeron el nombre del pueblo?

—No, pregunte algunas veces a Ron, pero siempre decía lo mismo, que ella nunca dijo nombre y Bill nunca señalaba hacia el mismo sitio al preguntar la ubicación de ese pueblo.

— ¿Y sabes como la conoció Bill?

—No del todo, escuche que la conoció en un viaje. Si bien, era pescador, cuando la cabeza de su padre comenzó a fallar, fue el, antes que su hermano Charlie, el que se encargaba de comerciar los pescados con los aldeanos de pueblos de alrededor, dicen que la conoció en uno de esos viajes. Pensaban que tuvo un accidente, debía ir a zonas lejanas y no llego al tiempo estimado, apareció unas dos semanas después, con Fleur. Dijo que era una amiga, que quería conocer otros pueblos y por eso viajo con él...no se qué tantos lugares conoció si de esta Villa de pescadores no se movió.

Para cuando llegaron a la casa de Hermione, su conversación ceso y encontraron a la pareja abrazada, cerca de la niña. Obviamente, pasarían la noche allí una vez más, Fleur ayudo a Mione con la comida, mientras Harry iba a su propia casa en busca de mantas y un cambio de ropa, no dejaría a su amiga sola con gente que hace pocos días no reparaban de su existencia.

Al caminar de su casa a la de su amiga, cargando mantas y ropa, visualizo a lo lejos el mar, solo la luna iluminaba al mismo; pensó en Draco, en cuanto lo extrañaba. Si bien, estaba enojado, no sabía con certeza si esa mañana o tarde hubiera partido si su amiga no lo necesitara, dos días sin Draco se estaban sintiendo eternos, sus pies cosquillearon por ir a la orilla, pero se dijo a si mismo que de nada valdría, Draco debía de estar en su Reino para esas horas, seguro y tranquilo.

Fue para el mediodía del día siguiente, que Victoire despertó, débil, somnolienta y algo perdida, sus padres inspiraban alivia y expiraban gratitud a Hermione, quien los dejo marchar a media tarde, cuando reviso a la niña y la encontró lo suficiente estable, confió a sus padres los cuidados posteriores, aseguro que sus puerta y ayuda siempre estarían al alcance de quien acuda a ella en buena fe.

— ¿Todavía no piensas acercarte al mar?—preguntó la chica a Harry cuando quedaron solos y comenzaron a organizar nuevamente el lugar, Harry se encargaba de limpiar y Mione de revisar sus reservas y víveres.

—Deberías de construir un área extra para estas situaciones—aconsejo Harry, tomando una escoba y comenzando a barrer.

—Harry—llamó Hermione—no evites el tema, no puedo tenerte aquí todos los días—abrió la puerta y la dejo así, para que entrara el aire fresco al interior.

— ¿Por qué? Soy de ayuda...

—Me exasperas, necesito mi privacidad, al menos regresa a tu casa esta noche. Y si mañana apareces aquí, te mandare al bosque por hierbas que se han acabado con la niña, no es lindo, te advierto.

— ¿Contara como un trabajo? ¿Me pagaras?

— ¡Harry, tú tienes tu propio trabajo, en el mar, pescando, donde debes volver!—regañó.

—Que poca hospitalidad, Mione—se quejó, pero su amiga lo tomó por los hombros y lo sacudió antes de gritarle.

— ¡Reacciona, tu amas el mar, reacciona!—Harry no se inmutó—. ¿Qué sucedió con el Tritón?

— ¿No que era mi mente?

—Para mí lo es, para ti no... ¿Qué sucedió? ¿Notaste que no es real?—Harry negó—. ¿Entonces qué?

—Me enamore—confeso en un hilo de voz, dejando atónita a su amiga—. Y estoy seguro que el de mi—Mione negó con la cabeza, aún atónita—pero lo nuestro es más imposible de lo que siquiera parece, es el príncipe de un Reino—Hermione lo rodeó con sus brazos, Harry correspondió al abrazo—. ¿Por qué lloras tu?—cuestionó al oírla sollozar.

—No sé si lloro por lo loco que estas al crear eso en tu mente o porque te escuchas tan sincero que suena real...y en ese caso es tan triste—se mantuvieron en silencio y abrazados varios segundos, hasta que notaron la presencia de alguien más.

— ¿Ron?—preguntó Harry liberando a su amiga del abrazo.

—Yo, lo siento, no quería interrumpir...—el color del rostro del hombre se asemejaba al del cabello, mientras retrocedía.

No lo haces, ¿necesitabas algo?—cuestionó Hermione secando sus lagrimas.

—No, yo, solo supe que ayudaste a mi sobrina, quería agradecértelo, pensé que quizás podíamos hablar, pero entiendo si...—los señalo a ambos.

—Tranquilo, yo de todas formas ya me estaba marchando, Mione no me soporta más—se despidió de su amiga, avisando que sus cosas las pasaría a buscar otro día, escuchando antes de marcharse un "vine a disculparme, que dejes todo esto, significaría que niñas como mi sobrina... murieran".

Desviándose, del camino a su casa, se dirigió a la cercanía del muelle, para ver el mar iluminado por la luna de cerca, oler su aroma y sentir la brisa en su rostro. Mucho antes de llegar cerca, pudo notar en el agua, una figura que emergía de esta, muy cercana a la orilla, peligrosamente cercana. Corrió hacia el lugar, las palpitaciones de su corazón se aceleraron por la acción, pero también al confirmar quien era.

—Draco, Draco...

Continuara...

¿Ataron algún cabo?


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El delirio del pescador (HARCO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora