—Seré directa, quiero que hables públicamente sobre lo que sabes, de que no soy nada de Voldemort.
Bajó su libro, mirándome con desinterés.
—¿Y porqué haría yo eso? —responde, devolviendo su atención a su lectura.
—En verdad necesito que lo hagas, han pasado dos semanas y la gente sigue hablando de eso, no he podido saber nada de mis padres y empiezo a desesperarme. —solté.
—¿Qué te hace pensar que lo haré solo por que si? —arquea una ceja.
—Te puedo dar algo a cambio, no lo estoy pidiendo de a gratis.
Su mano apartó suavemente el libro de su rostro y me miró por unos segundos antes de sentarse en la cama.
—Vaya, ahora si que tienes toda mi atención. —sonrió de lado —Dime, ______, —se puso de pie, empezando a caminar lentamente al rededor de mi —¿qué me puede ofrecer una simple mortal como tú, que sea lo suficientemente bueno como para ayudarte con este problema tuyo?
Jugué nerviosamente con mis dedos.
Lo sabía, debía de ser algo bueno, si no, no lo haría.
—Pide lo que quieras.
Río cortamente.
—¿Tanto así te está sofocando la situación, no?
—Si, en cuanto más rápido se sepa la verdad, mejor. —respondí, girándome hacia él.
—Entonces, —caminó un poco hacia mi, quedando cara a cara, solo una corta distancia entre nosotros —dices que puedo pedir lo que yo quiera, —sonríe ladinamente —¿no es así? —susurró, su voz se había vuelto más grabe.
—Si, pero antes de acceder tendría que conocer cuál es tu petición, no llegaré a los extremos de matar a alguien. —respondí segura, sintiendo como sus largos dedos paseaban por mi cadera y subían a mi cintura.
—No te hagas la mustia, _____, tú y yo sabemos perfectamente qué es lo que quiero. —me sujetó fuertemente de la cintura para tirarme hacia él, jadeé de sorpresa mientras mis manos se iban inconscientemente hacia su pecho.
—Lo sé. —dije, empezando a arrepentirme.
—Anda, quiero que lo digas.
Negué con la cabeza, era muy vergonzoso.
—No. —musité y apreté mis labios.
—Dilo, _____, o en cambio no aceptaré a ayudarte, —sonrió burlón —anda, dilo, lo sabes perfectamente, Lins, responde, ¿qué es lo que quiero a cambio?
Mis ojos se apretaron con fuerza, intenté relajarme, eso era mejor que seguir soportando todas esas mentiras que la gente se había creído, mis labios se abrieron para decir lo que él quería escuchar.
—A mi. —dije en un hilo de voz muy agudo.
Rió divertido y me plantó un largo beso en la mejilla.
Me soltó poco tiempo después y aproveché para tomar aire.
—Bueno, en ese caso, solo te queda un detalle: hablarlo con tu Hufflepuf. —escupió con asco —Aunque, si es algo secreto... lo vuelve más excitante. —suspiré frustrada, me di media vuelta y salí de su habitación.
[...]
—Te noto muy tensa, —puso su mano en mi hombro, haciendo que me sobresalte —hey, ¿estás bien? —pregunta preocupado.
—Lo siento, solo estoy un tanto preocupada.
Luna me miró con una mueca.
—¿Es por todo lo que dicen, no? —más que una pregunta, parecía una afirmación.
