El partido más esperado de la temporada finalmente daba comienzo, la argentina tenía una presencia resonante. Los comentarios provenientes de aquel país hicieron humo a la emoción de la hinchada inglesa, deshicieron completamente el desafío y lo convirtieron en un reencuentro amistoso. Sin importar el ganador; el sentimiento sería felicidad. Para la nación era así, pero para cada equipo era otro enfrentamiento más, uno que debía ser concretado con un exito certero.
Para Julián, era distinto, distinto al sentimiento fraternal que su país exhibía, distinto a la remota importancia que sus compañeros expresaban más allá de las ansias de ganar.
"If we win today, with your goals;you will no longer be a substitute." Pep tenía una mano sobre su hombro, apretando ligeramente, casi amenazando al cordobes. El cuál tenía los ojos brillosos por culpa del éxtasis que recorrió su cuerpo al escuchar esa frase, las únicas palabras que realmente había esperado durante todos estos meses.
Sus apariciones esporádicas sobre el césped eran tortuosas, para él, para su autoestima, para su confianza y para, más que nada, sus insaciables ganas de ser mejor. Su director técnico le expresaba con sus acciones que nada era suficiente, no importaba cuántos goles anotara o cuántas asistencias lograra. Tener a la joven estrella noruega de Haaland tampoco le favorecía, siempre terminaba de una forma u otra robando el espectáculo que Julián intentaba; fuera suyo.
Por eso, saber que todo el revoltijo amargo que creaba estar en un banco como suplente, a pesar de ser un campeón del mundo, podía terminar lo ponía histérico. Estaba forzado a no solo meter "goles", en plural. Sino también a llevar todo el partido en la espalda y esperar que ganaran sin problemas.
¿Por qué debía ser contra Enzo? De todos los partidos, ¿por qué Guardiola decidió que este sería relevante? Supuso que no era casualidad, que era más que intencional, casi cómo una prueba.
"Esta bien, yo puedo." Se repitió así mismo, de forma mental, mientras tomaban la foto grupal. Todos ocuparon sus posiciones con rapidez, el silbato sonó y sus piernas se impulsaron hacía adelante, ansiosas por moverse desesperadamente.
Las temperaturas en Inglaterra se estaban elevando, casi era verano. Aún así, mayo seguía siendo el mes donde más se elevaba el termostato, gracias a ello, podían estrenar el uniforme veraniego del City. Además de aquello, era mucho más cómodo no tener varias capas de remeras térmicas para mantener el calor, sentía más libertad.
Los minutos corrían, al igual que él, la línea defensiva del Chelsea seguía presionando a los ciudadanos, que poco a poco y por culpa de la poca movilidad que lograban dentro del área contraria se ponían más y más tensos. Sin aperturas, sin pases libres, sin la característica dominancia que siempre imponían en cada partido. El primer tiempo parecía no querer decirles adiós, pues se mantenía lento y silencioso, desesperante.
