𝙬𝙤𝙧𝙠𝙞𝙣𝙜 𝙝𝙖𝙧𝙙

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Su entrenamiento con el pilar de agua había dado inicio ese lunes por la mañana.
Y aunque muchos no estaban conformes, ya que tenían que tratar con el egocéntrico pilar Tomioka, trataron de llevar cada actividad y superarla.

Claro que para Sanemi, un joven cazador de un rango menor que el de un pilar, todo esto era pan comido. Mientras que otros no podían siquiera cumplir una orden, Sanemi ya había hecho todas las actividades de ese día. Destacaba y mucho, y a Tomioka esto no le pasó de desapercibido, por eso al albino le daba más actividades que a los demás.

A veces, Tomioka veía como Sanemi abandonaba la zona de entrenamiento y se dirigía al jardín para entrenar solo. Varias veces el ojiazul le preguntó el por qué pero Sanemi respondía con un simple:

—No están a mi nivel.

Tomioka tomó esto como egocentrismo, pero no le prestó mucha atención, igualmente lo llenó de actividades; si era tan bueno como decía, entonces cumpliría con todas las órdenes al pie de la letra.

Ese día en particular, todos los cazadores que entrenaban con él decidieron tomarse un descanso más pronto de lo debido, Tomioka no se opuso, después de todo habían estado trabajando y entrenando arduamente toda esa semana. El único que no fue con ellos, fue el albino, pero esto no le sorprendió, siempre hacía lo mismo.
Esperaba que todos se fueran para entrenar él solo en todo el espacio de la sala.

—Shinazugawa —habló con voz firme, necesitaba averiguar algunas cosas de aquel cazador —, puedo notar que no te juntas con tus compañeros, ni siquiera para ir a almorzar. ¿Por qué lo haces?

—No tengo que responderte nada, no te metas en donde no te llaman —gruñó, el azabache simplemente soltó un suspiro.

—No te pongas a la defensiva, solo preguntaba. Veo que trabajas muy duro y me parece algo increíble pero deberías tomarte un descanso. —sugirió, el menor gruñó en respuesta.

—No eres nadie para decirme que hacer.

—Soy tu superior así que obedecerás todas las órdenes que te dé. —frío como el hielo.

El albino chasqueó la lengua —Como sea, ya me voy. Arruinaste mi momento de entrenamiento.

—El "momento de entrenamiento" que tu dices empieza y termina cuando yo lo diga. —respondió, tenía que hacerse valer como pilar.

—Menos mal que me iré en unos días. No te soporto.

—No te irás, lo harás cuando yo diga que estás listo y por ahora, no lo estás. Así que, te veo la próxima semana —soltó burlón, el menor gruñó y se fue sin decir nada.

Los días siguientes la tensión entre ellos crecía cada vez más, Tomioka sentía que Sanemi lo ignoraba a propósito. Cuando él daba una orden, todos obedecían menos el albino, cuando él hablaba, todos prestaban atención menos Shinazugawa. Claro que esta situación hizo enojar al pilar y lo hablaría con él.

—Shinazugawa, quédate. Necesito hablar contigo —los demás cazadores, que se estaban retirando para ir a almorzar, empezaron a abuchear al albino.

—Uh, al parecer uno de nuestro compañeros está en problemas —abucheó uno.

—¡Cállate, imbécil! —gritó furioso, el cazador de ojos ámbar salió corriendo con los demás.

—Cálmate —ordenó, Sanemi lo miró incrédulo.

—Ellos empezaron —respondió, Tomioka solo rodó los ojos. —Demonios, ¿qué quieres ahora?

—Quiero hablar contigo —indicó.

—¿Dé...? —preguntó confundido, aunque ya se imaginaba que Tomioka lo regañaría por su comportamiento.

—De tu comportamiento —bingo, pensó el albino.

ᴡᴏʀᴋɪɴɢ ʜᴀʀᴅ - ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora