¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llora, pero no te hundas Los príncipes azules cómo en Cenicienta no existen en la vida real. Sólo existen los lobos feroces como en Caperucita.
Llora, llora todo lo que quieras pero no te hundas en tus lágrimas.
Llora si eso te hace bien.
Yo lloré, lloré océanos y ahora estoy mejor. Estoy aprendiendo a sanar, a sanarme las heridas, porque recuerda, tú sola puedes volver a recoger los mil quinientos pedazos de tu corazón y unirlas para ser más fuerte.
Es difícil volver a confiar cuando en la vida sólo has recibido golpes, golpes bastantes fuertes o quizá para los demás sea una pequeñez, pero tú no sabes el dolor que causa y si no sabes, no lo critiques mejor apóyalo.
Ven, llora, yo estoy aquí, estoy aquí para ti. Yo te escucharé, te daré mi hombro para que llores, yo seré tu pañuelo, yo secare tus lágrimas.
