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Había tenido otra pesadilla.
Y nunca pensó que un pequeño drama entre hermanas la perseguiría con tanta insistencia y gravedad.
Persistencia.
Y agonía.
"¿Estás bien?"
Volvió a sí y miró a su amiga, aquella que se iba a quedar un rato allí para acompañar a la pelinegra que estaba cansada, decidió dormir, debería descansar en su único día libre.
"Si, si" Se levantó en busca de agua, su cuerpo se encontraba casi en deshidratación luego del estrés y el continuo cansancio que no parecía querer irse.
Enconderse había sido su mejor escudo, y hasta que se rompa, no tenía intenciones de bajar la guardia.
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"¿Qué estás escuchando?" Interrogó Reborn, sin entender del todo la forma de la melodía que se colaba del micrófono de la chica hasta sus auriculares.
"Opera"
"¿Opera?"
"¡Opera! ¿Hay eco?" Cuestionó Evelyn en broma.
"Solo me sorprendiste, no mucha gente joven escucha opera"
"Claro, supongo que tu sí, por viejo"
"Ivy hija de puta, no te metas con mi decrepitud"
Evelyn rió, extasiada por el bienestar que la rodeaba.
Quizá el placer y el buen vivir se resumía a pocas cosas. Como la música y seres amados.
